I need you ||Yoonmin x Omegaverse||

2

Min YoonGi observó a aquella familia arrodillada ante el. Su mirada estaba puesta en los hermanos Park, quienes mantenían la cabeza baja.

— Aquí están, majestad— Dijo uno de los guardias.

YoonGi asintió.

— Voy a ir directo al grano— Habló YoonGi— Quiero a uno de sus hijos, para que me de un heredero.

La familia lo miró.

— P-Pero....

— Nada de peros. Yo soy el rey aquí, y como ustedes mis súbditos deben de obedecer a todo lo que yo les pida.

Los mayores de los Park se miraron entre ellos.

— Les pagaré— Dijo YoonGi— Les daré demasiado dinero, si me dan a uno de sus hijos para que me de un hijo.

— Mi rey, nosotros no vendemos a nuestros hijos— Habló la mujer— Ellos son nuestros únicos hijos que tenemos.

— De todas formas van a tener alfa en unos años. Se que ambos son vírgenes, los dos me convienen. Y a ustedes también les conviene. Todos saldremos ganando. Ustedes dinero, y yo un hijo.

— Mi señor...

— Les daré hasta mañana para que lo piensen. Yo iré a su casa, y si no me tienen a uno de ellos dos preparados. Yo me los llevaré a ambos. Ya esta dicho. Ahora llevenselos.

YoonGi se levantó del trono y salió de la habitación, cuando se llevaron a los Park, quienes se fueron con la cabeza agachada.

👑

YoonGi desde su cama observó a la omega, quien se estaba vistiendo. El rey se recostó nuevamente en la cama y miró al techo.

— ¿No me matarás?— Preguntó la omega, llamando la atención de YoonGi.

— ¿Porque debería de hacerlo?

— Siempre matas a las omegas con quien te acuestas.

YoonGi se levantó de la cama aun con su desnudez se acercó a la omega, para tomar el rostro de esta con sus manos y juntar sus labios.

La omega pasó sus brazos por el cuello del alfa y rápidamente, sintió aquel dolor en su estomago. Se separó del beso y miró hacía abajo.

La espada del rey estaba atravesando su estomago.

La sangre comenzó a salir de la boca de la omega, manchando el rostro del rey, quien la miraba fijamente, mientras doblaba la espada y después la enterraba más profundo, hasta que atravesó el cuerpo de aquella chica.

— Buenas noches— Susurró antes de sacar la espada y dejar caer a la omega al suelo, donde estuvo unos segundos convulsionado antes de morir.

El rey tomó su bata y se la puso, antes de ir al balcón. Donde observó hacía el pueblo, y como las luces de este comenzaban a desaparecer una por una.

— No tendría porque tener un hijo con un campesino, siendo que hay miles de princesas hermosas— Dijo limpiando su espada— O príncipe.

Cerró sus ojos unos segundos, y recordó al omega de labios gruesos y ojos verde claro.

— Ese omega sería perfecto para mi.