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Cuando Yunho regresó a casa, se encontró a Mingi sentado en el sofá, aún con la ropa de dormir, mirando sin mirar la pantalla de la televisión mientras se mordía las uñas, ansioso.

—¿Y a ti qué te pasó? —le preguntó, a modo de saludo.

El menor lo miró, ni siquiera se había dado cuenta de que ya había regresado.

—¿Huh?

—¿Que qué te pasa? —el Jeong dejó una bolsa con vegetales que traía y se acercó a su amigo—. Luces preocupado.

—No es nada —Mingi sacudió su cabeza y se puso de pie mientras apagaba la televisión—. Tengo que irme.

—¿Vas a salir?

—Sí, un hombre como yo necesita mantenerse activo —fingió una sonrisa pícara, sin embargo, Yunho sabía que en realidad no era así como se sentía. No le dijo nada más y lo dejó retirarse.

Mingi no era así, él lo sabía. Cuando le preocupaba algo solía distraerse en sus propios pensamientos, sin decirle nada a nadie. Yunho sólo podía esperar a que confiara en él, o lograra resolver sus problemas por sí mismo.

Llevó los vegetales a la cocina y decidió ponerse a cocinar, pero antes debía dejar las cosas de la escuela y darse un baño. De todos modos, aún era temprano.

Al subir, le extrañó que no hubiera casi nadie en casa. Ni siquiera Wooyoung, que ya últimamente parecía parte de la decoración, estaba por ahí. Las puertas de las habitaciones de los menores permanecían cerradas. Mingi se estaba vistiendo y en la habitación de Hongjoong y Jongho tampoco había nadie.

Entró a su cuarto y se dejó caer sobre el asiento de su escritorio. Tocó varias teclas al azar para que la pantalla de su computadora se encendiera. Justo tenía un proyecto a medio hacer que parecía mirarlo acusadoramente.

Minimizó el documento y se quedó mirando el escritorio, donde sólo había algunos íconos y la foto de un gato negro. Suspiró, estaba cansado. De repente, escuchó el sonido de la ducha. El baño estaba junto a su habitación, así que era lógico que lo sintiera. Mingi aún estaba en su cuarto, así que le dió curiosidad saber quién se estaba bañando.

Se levantó y se acercó a la entrada de su cuarto. Si se acercaba un poco más, podía incluso escuchar una voz que tarareaba. Salió y se deslizó un par de pasos hasta que estuvo frente a la puerta del baño. Escuchó la voz con más claridad. Era una voz gruesa que se empeñaba en rapear el mismo pedazo de la canción una y otra vez.
Sonrió al pensar en el dueño de la voz enfrascado en cantar eso mientras se enjabonaba.

Sabía que era Jongho, su voz estaba clara en su mente. De cierta manera, se alegró al saber que él también estaba en casa. No le gustaba mucho estar solo, y con saber que tendría la compañía del chico, su pecho se sintió mucho más ligero.

Con su ánimo restaurado, decidió bajar y aunque sea poner a cocer el arroz. Se bañaría cuando Jongho terminara.

Cuando ya había comenzado a cocinar, pudo sentir como Mingi bajaba las escaleras, ya vestido y arreglado, acompañado de Wooyoung.

—No sabía que estabas aquí también —saludó al zorro, dedicándole una sonrisa. Wooyoung le hizo una pequeña reverencia y se dirigió rumbo a la puerta. Yunho borró su sonrisa con una mueca de decepción. Pensaba que el menor se estaba acostumbrando más a él, pero al parecer no era el caso. Mingi se acercó a donde él estaba mientras mandaba un mensaje con su móvil.

—Voy a salir con Woo al club. No sé a qué hora regresemos así que no necesitas cocinar para nosotros.

—¿Van al club tan temprano? Son apenas las seis...

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora