25

888 101 94
                                    

Yunho casi pega un brinco en el sofá al sentir que la puerta de la casa se abría. Esperaba que fuera Mingi, honestamente, se había preocupado mucho por esa llamada. Aunque le había prometido que no le haría preguntas al respecto, sí quería estar ahí para él por si necesitaba algo. Sabía que la familia de Mingi podía ser un poco complicada porque la suya también lo era.

Pero no fue Mingi quien abrió la puerta.

Fue Hongjoong.

Yunho sólo hizo una mueca de desagrado y se volvió a dejar caer sobre el sofá para continuar viendo la televisión. Hongjoong notó la indisposición que el humano sentía con su presencia, pero decidió ignorarlo. No tenía el más mínimo deseo de volver a tener alguna confrontación de algún tipo con él.

—Buenas noches —lo saludó y se dispuso a dirigirse a su cuarto.

—¿No vas a comer? —Yunho le preguntó sin mirarlo y sin contestarle el saludo.

—No, comí donde Seonghwa porque me pidieron un par de horas extras para ayudar con el inventario.

—Ya veo... —Yunho seguía con la vista fija en la televisión. Hongjoong lo miró por unos segundos. Sabía perfectamente que esa mañana había sucedido algo entre él y Jongho. Aunque Seonghwa hubiera intentado sacarlo de casa por la fuerza, él lo había notado. Había sentido el olor de Yunho y el de Jongho alterados, envueltos en una sola fragancia penetrante—. ¿Dónde están los demás?

—Si te refieres a Jongho, está en su cuarto. Lleva todo el día allí. No ha comido nada, así que deberías encargarte de eso.

—¿Por qué no ha querido comer?

—Simplemente no ha salido del cuarto. Yo no tengo por qué saber lo que le pasa... —miró al Kim a los ojos por primera vez en la noche—. Yo no soy tan cercano a él... no como tú.

Hongjoong notó que ese comentario quería decir muchas cosas, cosas que él seguía sin entender muy bien. ¿Estaría celoso el niñato? ¿Por qué? No era posible que se hubiera dado cuenta de que Jongho era su omega, no, un descubrimiento así no hubiera pasado desapercibido. Tal vez simplemente estaba reaccionando como el alfa que al fin y al cabo era... ¿pero por qué tenía que cogerla con él? Yunho no le caía precisamente mal, pero con esa actitud no conseguía otra cosa que ponerse en su lado incómodo. Su lado animal, su lado alfa, inevitablemente reaccionaba ante la mirada desafiante de Yunho. Él era un león, un macho alfa que no estaba acostumbrado a ser desafiado, la presencia de otros alfas menores que desafiaran su autoridad sólo conseguía ponerlo de mal humor. Como humano no quería reaccionar, pero el Jeong le estaba buscando los tres pies al gato, y si seguía así, se los iba a encontrar.

—Iré a ver qué le pasa —dijo finalmente, optando por ser civilizado y dejar el asunto ahí.

Desde que subió las escaleras pudo sentir el olor de Jongho. Eso no era normal, no era común que el olor del omega fuera tan fuerte. Si no le pasaba nada, no debería de oler así. Apuró un poco el paso y abrió bruscamente la puerta de su habitación.

El Choi estaba en su cama, envuelto con las sábanas, su olor bastante descontrolado, como si no pudiera hacer nada al respecto, como si...

—Jongho... —se acercó a él y lo zarandeó—. ¿Qué te pasa? —un incómodo deja vu se paseó por su cerebro. Él no tenía salud como para que esto le pasara todas las semanas—. Jongho, ¿qué te pasa? Y no me vayas a decir que nada.

—Hong, creo que... —sonaba agitado—. No sé por qué, pero...

Hongjoong descubrió las sábanas. Jongho estaba sudado y apretando su abdomen.

—Estás en celo —el mayor ató los cabos sueltos rápidamente—. Pero... tu celo fue hace menos de dos meses. ¿Por qué estás en celo de nuevo?

—No sé. Pensé que sería otra cosa pero desde ayer por la noche me empecé a sentir mal.

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora