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—Aún no me has dicho —después de caminar un par de cuadras sin rumbo fijo, la voz de Yunho sacó a Jongho del pequeño desastre que se había formado en su cabeza.

—¿Qué cosa? —dejó de evitar la mirada del mayor. Éste lo miraba con una sonrisa demasiado suave, sujetando su mano, sus dedos entrelazados, transmitiéndole una sensación cálida y reconfortante.

—¿A dónde quieres ir? —Yunho acarició el dorso de la mano de Jongho con su pulgar—. Sé que no es la ocasión perfecta. Tú tienes que volver a trabajar y yo a la escuela, pero podemos aprovechar para compensarte por nunca haberte llevado a una cita decente.

—¿Una c-cita? —las palabras se enredaron en su boca de forma un poco tierna. A Yunho le gustaba eso.

Le gustaba la forma en la que aquel chico podía ser adorable aún si lucía de aquella manera despampanante. Porque, en este momento, todo en Jongho parecía gritar que era un modelo. Tan atractivo, con ese aire que arrastraba miradas... hacía a Yunho sentirse ligeramente superior al resto del mundo, pues era él quien tenía el privilegio de sujetar la mano de alguien así. De ver como sus mejillas se coloreaban un poco y oír su voz entrecortada.

—Sólo si quieres.

—Sí... sí quiero.

—¿Por qué estás tan nervioso? —el mayor dejó de caminar y se giró de frente a él—. Sólo soy yo. No es nada distinto a lo usual. No tienes por qué ponerte así. Vamos, relájate y dime a dónde quieres ir... —sus palabras se cortaron de golpe—. ¿O es que te molesta sostener mi mano en público?

—¡No! ¡No es eso! —negó rápidamente.

—Oh... qué bueno —Yunho sonó aliviado—. Realmente no quería soltarte.

Jongho sonrió, aún se notaba un poco nervioso, pero las palabras del mayor parecían haberlo calmado un poco.

Después de todo, tenía razón. Sus instintos de omega habían entrado en pánico momentáneamente al entender la situación, pero en realidad no tenía por qué hacerlo. Era Yunho. Su Yunho. Sólo iban a pasar un buen rato juntos. No tenía por qué sentirse tenso.

Además, estaba siendo difícil sentirse incómodo con aquella sonrisa. Jongho no lograba entender del todo por qué alguien como Yunho era capaz de hacer una sonrisa como esa.

Sólo sabía que la amaba.

Como todo en él.

—¿Qué tal si vamos a comer algo?

Al Jeong pareció complacerle esa respuesta, así que emprendió la marcha una vez más. En su mente estaba sopesando todas las opciones de lo que podrían hacer.

—¿Qué te gustaría?

Jongho tomó aire, pensativo, dejando que el olor de la ciudad inundara sus pulmones. Hacía un clima precioso. No había nubes y el sol no llegaba a ser lo suficientemente fuerte como para molestar. En un día como ese, sería un desperdicio estar metidos dentro de un restaurante.

—¿Y si compramos algo para llevar? —sugirió—. Podemos sentarnos a comer en algún sitio bonito.

—Eso suena perfecto —Yunho continuaba sonriendo como tonto y a Jongho simplemente le encantaba verlo así.

—Pero quiero comer algo dulce primero.

—Seguro... —el mayor se detuvo, mirando a su alrededor las diferentes cafeterías y puestos ambulantes que había en esa parte de la ciudad—. ¿Qué vas a querer?

Jongho también dio una ojeada alrededor. Su nariz funcionando más que sus ojos. El montón de olores dulces y salados que le llegaban se mezclaban en una algarabía. Sin embargo, había un olor dulce que prevalecía sobre los demás y que llamó inevitablemente su atención.

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora