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Eso era raro.

O al menos a Wooyoung le parecía que lo era. No podría asegurar bien lo que sentía, pero sabía que había algo mal. Podía notarlo en su interior, a través de su vínculo con San. Era incómodo y doloroso a la vez, en su cuerpo estaba la sensación de algo, pero simplemente no podía afirmar de qué se trataba.

Era como si San lo estuviera bloqueando, pues todo se sentía lejano, como si le hubiera bajado el volumen a su vínculo. Sin embargo, allí estaba esa sensación que lo tenía intranquilo, como una queja sorda la cual sólo conseguía hacer que se preocupara más.

Mordió la uña de su dedo pulgar, tratando de distraerse. Era tarde. Lo había notado desde hacía un par de horas cuando su estómago había rugido por un poco de comida. Aun así, el trabajo no estaba hecho, por lo tanto, no podía irse. Tampoco quería hacerlo, pero estaría mintiendo si dijera que no le preocupaba ni un poco lo que fuera que le estuviera sucediendo a su alfa.

Su mirada se paseó por el set fotográfico. Su concentración mejoró por un segundo a la vez que se fijaba en un par de detalles que le señaló al camarógrafo. Una vez corregido, volvió a su posición en el fondo del set, junto a la computadora donde se monitorizaban las imágenes.

Los otros modelos de la campaña no eran malos. Tenía que reconocerlo, eran bastante profesionales e incluso habían ayudado mucho a Jongho. Los consejos que había recibido el omega menor lo habían llevado a dar una sesión excelente, según el equipo de fotografía. En general, Wooyoung se sentía complacido con los resultados que estaban obteniendo.

Si tan sólo no tuviera esa distracción en el fondo de su mente, probablemente se sentiría mucho mejor.

Jongho se acercó a donde él estaba, ya con sus ropas casuales y sin maquillaje. Wooyoung lo vio con el rabillo del ojo, pero no le prestó especial atención a su presencia. Ya se había acostumbrado a tener a Jongho rondando por todo el sitio, mirando, así que sólo continuó su trabajo.

—Eso luce bien —comentó el pelirrojo con una sonrisa complacida, mirando las imágenes en el monitor.

—Sí. Están saliendo bastante bien.

—¿Ya estas serán las imágenes definitivas?

Wooyoung lo miró, y luego miró hacia el monitor.

—Sí —en efecto, lo serían, al menos para comenzar la publicidad—. Pero aún quedan cosas por hacer.

—¿Te pasa algo? —Jongho cambió bruscamente de tema, haciendo que Wooyoung se sorprendiera ligeramente.

—¿Por qué preguntas?

—Hueles preocupado. ¿Hay algo mal?

—Nop —el mayor se encogió de hombros—. Al menos no con el trabajo. Todo va de maravilla. Tanto tú como los demás modelos están haciendo un excelente trabajo, ya casi hemos recuperado el atraso que teníamos.

—Entonces... —Jongho se acercó un poco más, hasta quedar hombro con hombro, buscando un poco de cercanía en caso de que Wooyoung necesitara un poco más de privacidad para hablar—. ¿Por qué luces nervioso?

—Cosas mías —el mayor se retiró ligeramente, rechazando el espacio de confianza que Jongho había intentado crear.

—¿Estás seguro?

Wooyoung asintió.

El fotógrafo dio la sesión por concluida y todos los allí presentes respiraron, aliviados. Wooyoung se alejó por un momento del menor para agradecerle al equipo de fotografía y a los modelos. Recogerlo todo sólo tomo unos veinte minutos. Para cuando volvió a la oficina, ya Jongho lo esperaba con su bolso y un café.

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora