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Mientras se secaba el cabello, Jongho sintió que tocaban a su habitación. Se apresuró para abrir la puerta. Sabía que era Yunho, pero aún así sonrió ampliamente al verlo.

—¿Te falta mucho? —le preguntó el mayor, notando que aún traía sólo una camiseta negra y unos jeans, además de que tenía el cabello húmedo.

—Sólo un poco —comenzó a secarse el cabello energéticamente mientras se adentraba en la habitación para buscar algo más que ponerse.

—¿La sudadera que te di está sucia? —Yunho entró también y se dejó caer sobre la cama del Choi, dispuesto a esperar.

—N-No —Jongho hizo memoria por un segundo—. Recién la lavé ayer.

—Póntela. Digo, si quieres...

Jongho fue hasta el armario y buscó allí por unos segundos hasta que encontró la susodicha sudadera.

—¿Está bien que vaya sólo con esto? —le preguntó al humano mientras lo miraba cuidadosamente. Yunho vestía una camisa blanca y unos pantalones negros, la camisa estaba completamente abotonada y metida por dentro del pantalón. Lucía mucho más arreglado de lo usual, sin contar que su cabello estaba peinado hacia atrás, dándole un aire elegante difícil de ignorar.

—Sí, estará bien —asintió con una sonrisa—. No necesitas arreglarte mucho. No es nada importante.

Jongho frunció el ceño.

—Si no fuera nada importante, no te hubieras vestido así —le dedicó un breve puchero mientras se ponía la sudadera.

— Es que iremos a ver a alguien importante para mí. Esa persona siempre ha pensado que es un desperdicio que no me arregle un poco. Según ella soy demasiado apuesto como para estar siempre desgreñado.

—Hmm, ya veo... —el menor se dio la vuelta para verse en el espejo y tratar de hacer algo con su cabello. De paso, trató de ocultar la expresión molesta que naturalmente había surgido en su rostro. Sintió como Yunho se levantaba y se acercaba a él. No se giró cuando lo sintió justo a su espalda, sino que siguió enfrascado en arreglar su cabello, haciendo todo lo posible por lucir inexpresivo.

—Ya te dije que no te tienes que preocupar por eso —Yunho sujetó suavemente sus muñecas y lo obligó a dejar de acomodarse el pelo—. Te ves bien así.

—Parezco un  plumero —Jongho quiso volver a su tarea pero Yunho lo detuvo con una sonrisa mientras aún sujetaba sus manos.

—No es cierto. Tienes un cabello lindo. Está brillante y esponjoso. Luces bien así —le metió los dedos entre las hebras aún un poco húmedas y se lo alborotó ligeramente. Jongho finalmente se rindió al sentir los dedos de su alfa rozar su cuero cabelludo.

—De acuerdo, lo que tú digas —cedió mientras disfrutaba la cosquilla electrizante que recorrió toda su espina dorsal.

—Entonces vamos —le dedicó una última mirada antes de darse la vuelta rumbo a la puerta.

Cuando bajaron se encontraron con Hongjoong metido de cabeza dentro de la nevera. Al parecer acababa de regresar y tenía hambre.

—Hong —Jongho se acercó a él. El mayor se enderezó y lo miró de arriba abajo, mirando después al Jeong y alzando una ceja.

—¿Adónde vas? —le preguntó.

—Voy a acompañar a Yunho a un lugar.

Hongjoong abrió ligeramente los ojos.

—¿Sí? ¿Y cuándo vas a regresar?

Jongho se encogió de hombros.

—No sé.

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora