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Hongjoong no se inmutó al ver a Yunho y a Jongho juntos en la cocina, aún cuando estaban preparando el almuerzo como una pareja de recién casados, sólo siguió de largo rumbo a su habitación sin siquiera saludar. En estos momentos su mente no estaba lista para procesar nada, por lo que simplemente se encerró en su cuarto. Una vez allí, suspiró pesadamente mientras caminaba de un rincón a otro.

Aún no podía creer lo que había sucedido, no lograba aceptarlo como real, incluso cuando todo su cuerpo estuviera ansioso y sus pasos temblorosos lo delataran.

Acababa de descubrir a su omega.

Debería sentirse en las nubes, se trataba del momento más feliz de su vida y, sin embargo, sólo se sentía agitado y confuso. Había algo en sus sentimientos que le resultaba difícil de procesar, la forma en la que sentía que deseaba a Seonghwa era absurda. El repentino cambio que sufrieron sus emociones era sobrecogedor. Hacía apenas una hora, para él, Seonghwa sólo era Seonghwa. No llegaría al extremo de decir que el chico no le importaba en lo absoluto, pero tampoco era su principal prioridad.

Además, era un humano.

Eso tampoco lo podía ignorar y se atrevería a decir que era la razón que más pesaba en su consciencia.

Seonghwa era su omega, sí, pero no por eso podía simplemente precipitarse en una idiotez como la que había estado a punto de hacer. Había estado a punto de marcarlo. Mientras paseaba sus dientes por el cuello del chico, había sentido esa necesidad, casi como una orden, un deseo demasiado difícil de soportar. Aún tenía dudas sobre cómo había logrado resistirse, pero sabía que posiblemente no lo pudiera hacer de nuevo si lo tenía frente a él. Lo que su alfa interior le pedía era demasiado fuerte. Su necesidad de poseer a Seonghwa era abrumadora. Lo único que conseguía traerlo de vuelta a la realidad era recordar el hecho de que el chico era humano, sólo así conseguía imponerse a sí mismo un poco de racionalidad.

Se sentó en el borde de la cama y comenzó a meter sus dedos en su cabello de forma desesperada y brusca, tratando de disipar todas las emociones que se arremolinaban en él para ver si conseguía pensar claro de una vez.

Aunque era inútil, la verdad...

Tenía el olor de Seonghwa atorado en su nariz, jugando con su ecuanimidad, pidiéndole en silencio que se pusiera de pie y regresara a aquella habitación.

—¿Hongjoong? —no notó que Jongho había abierto la puerta y lo observaba desde el umbral, un poco dudoso en si debería acercarse o no. Hongjoong lo miró sin variar su expresión de desesperación. Jongho nunca lo había visto así, tan vulnerable y confundido. Se acercó suavemente y se agachó frente a él—. ¿Pasó algo? ¿Por qué vuelves tan temprano?

Hongjoong sólo suspiró pesadamente y volvió a meter sus dedos en su cabello, peinándolo ahora con suavidad, tratando de calmarse. Jongho le retiró las manos y las sustituyó con las suyas, acariciando suavemente su pelo. Sabía que eso era lo más efectivo para calmarlo. Hongjoong se mantuvo en silencio, dejándose llevar por la sensación de las manos del Choi en su cabeza.

—¿Tuviste algún problema? —insistió al notar que Hongjoong no parecía dispuesto a hablar.

—No te preocupes por eso.

—Hongjoong... —sonó ligeramente molesto. Detestaba cuando Hongjoong era así, tratando de cargar con todo él solo.

—En serio.

—Sólo dime qué te pasó.

Hongjoong se lo pensó. Realmente era algo lo suficientemente importante como para compartirlo con Jongho. Tenía su ironía incluso, que ambos compartieran un destino tan similar.

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora