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Mingi cruzó una pierna sobre la otra mientras seguía revisando aquellos documentos. Al parecer San sólo lo quería para mantener las cuentas o, al menos, algunas cuentas. Sin embargo no estaba familiarizado con la industria farmacéutica y menos si eran medicamentos para híbridos. Tendría que empaparse con los productos y los precios, los métodos de envío y comercialización y un montón de cosas más. San le había dado acceso a toda la información que necesitara, eso le hacía ver que el alfa confiaba en él, o que no lo creía capaz de intentar algo en su contra.

Fuera cual fuera la razón, a él le traía sin cuidado. Aunque aún tuviera sus escrúpulos en cuanto a formar parte de la mafia, no había nada allí que lo hiciera sentir incómodo. Tal vez algunos de los chicos tenían la mirada un poco hostil y, de vez en cuando, notaba que a su alrededor sucedían cosas un poco... extrañas. Pero él se sentía bien, tenía una oficina que compartía con otros dos híbridos, podía trabajar tranquilo, con horarios cómodos y Jeonghan preparaba té de vez en cuando. No podía pedir mucho más teniendo en cuenta el desorbitado salario que San le estaba pagando.

La lista de productos farmacéuticos que se fabricaban era extensa. Eso le llamó la atención. Él juraría que sólo había supresores y neutralizadores, pero en realidad.había un montón de cosas más. Y San las manejaba todas. Deslizó la larga lista de medicamentos y los fue ojeando, uno por uno. Su curiosidad crecía por minutos, y aunque la ciencia no era su fuerte, le resultó interesante saber que existían toda clase de cosas. Hubo un medicamento en particular que llamó su atención. Le dio clic al catálogo sobre ese nombre y se desplegó la información detallada al respecto.

—Interesante —murmuró para sí mismo mientras leía—. ¡Jun! —alzó la vista y llamó al omega, quien estaba del otro lado de la habitación, sentado en una butaca mientras ojeaba una revista—. ¿Podrías ayudarme a conseguir una muestra gratis de algún producto?

Jun sonrió maliciosamente sin retirar la vista de lo que estaba leyendo.

—¿Qué pasó? ¿Descubriste los estimulantes? ¿Quieres que tu omega se ponga travieso?

Mingi frunció el ceño y miró de nuevo hacia su pantalla.

—No —negó—. Quería conseguir de estos —giró el monitor para que Jun se acercara y mirara.

Éste ladeó la cabeza y lo miró.

—No creo que a tu lobito le guste que le hagas usar eso.

—¡No es para él! —Mingi abrió los ojos en su dirección—. Deja de sacar tus propias conclusiones.

—Oh... —Jun alzó la cabeza como si de repente entendiera, pero Mingi no estaba muy seguro de que hubiera entendido realmente—. Por cierto, ¿la información sobre el señor Kim? ¿Qué vas a hacer con eso? —el omega cambio súbitamente de tema.

—Ya te dije que, cuando tenga mis asuntos en orden, me dedicaré entero a eso.

—Creo que deberías darte prisa. Recuerdo que me dijiste una vez que eso era muy importante para ti, para arreglar los errores de tu adolescencia. No te entendí muy bien, pero ahora que estás empezando tu vida junto a... —se esforzó para recordar—. Yeosang, lo mejor sería que espantaras todos esos fantasmas del pasado.

—Ya lo sé —Mingi giró de nuevo el monitor de frente a él—. Sería genial si pudiera espantar los fantasmas del pasado y los del presente también.

Jun lo miró con una sonrisa antes de alejarse de nuevo.

—Es una lástima que hayas conseguido a tu omega —soltó de repente.

El menor alzó la vista en su dirección y lo miró, confuso.

—Eres un buen alfa —continuó mientras abría la puerta—. Aunque ser tan buen alfa a veces trae problemas —le dedicó un guiño—. Dame unos minutos para buscarte el medicamento.

No Pets Allowed! | 2HoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora