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Agosto 16, 2018
03:21 Am『 T Y E E 』
Miro el cuerpo de Ian sobre el pavimento mientras la sangre que se escapa de los tres orificios de bala en su cuerpo forma un charco a su alrededor. Y hay silencio, todo esta tan callado y quieto, incluso para tratarse de un lugar en medio de la nada. El cuerpo de Vike a su lado respira con dificultad, pero sus ojos ya están cerrados. Su vida también se le está escapando de las manos. Me arrojo a su lado, desesperada por salvarlo. Pero no tengo nada para contener la hemorragia, nada con que intentar curarlo, salvarlo, y en el fondo de mi alma sé que esto es todo. Que ahora lo único que puedo hacer es sostenerlo hasta que se haya ido.
Pero duele tanto.
Algo se atora en mi pecho, en el fondo de mi cuerpo, en mi garganta. Todo presiona al mismo tiempo, y todo pesa tanto que no puedo evitar hundirme. Me cuesta respirar, me cuesta moverme, me cuesta existir.
—Lo siento— le digo. Lo siento, por no haber estado ahí aquel día, no haber podido salvarte. Lamento no haber alcanzado a despedirme. Lamento haber estado lejos de ti tantos años y haberme ido cuando estuve en problemas. Lo siento por haber sido así contigo. Lamento en lo que me había convertido.
La sangre se enfría en mis manos, pero siempre hay más para reemplazarla. –Lo siento, y te quiero Ian. Y te quiero. Y me duele.
Me duele.
Siento unos quejidos y me giro a mirar de donde provienen en la soledad a mi alrededor mientras intento tragarme las lágrimas que no dejan de desbordarse por mis ojos. A mi lado ya no está el cuerpo de Vike, sino el de Marianelle. Y se retuerce en el piso intentando recuperar el aire que ha perdido y que cada vez le cuesta más conseguir. Me lanzo adelante a su alcance, pero entonces de pronto se oscurece, y me quedo sumida en el desesperante vacío. Luego, lentamente unas luces comienzan a brillar a mi alrededor. Cuando vuelvo a ver, ella ya está muerta e inerte a mi lado. Me distrae el movimiento que percibo de reojo, me encuentro con más personas paradas frente a mí, a nosotros.
Son muchos rostros desconocidos, pero me enfoco solo en uno, el que está justo en frente. Mueve la boca, habla, dice algo, pero no lo escucho nada. El sonido parece estar tragado por la inmensidad que nos rodea. Aun así lo adivino, porque sus palabras han estado en mis pesadillas desde entonces.
—Respuesta incorrecta— dice.
Su cuchillo se mueve en un arco de izquierda a derecha y rebana la garganta de Hall en dos. Está tan cerca que la sangre me salpica en la cara. Mas sangre, más dolor, menos aire.
Aún con el cuerpo de Ian entre mis brazos me veo incapaz de moverme. No lo hice aquella vez y no lo hago ahora, porque sé que sería inútil, porque sé que ni siquiera él alcanza a saber que está muriendo. Porque ya sé que lo he perdido. Pero duele de igual forma. Y lloro, y grito como aquella vez.
Grito cuando el cuerpo de Blake cae a mi lado también, y cuando Stinger se dispara en la cabeza. La sangre salpicándome de todas partes, inundándome, ahogándome.
El pasaje cambia y Veo a Heaven mientras camina por aquel camino de tierra frente a la base de Vasíleio cuando la luz vuelve a iluminarlo todo, pero también veo cuando un disparo le cruza la cabeza, la bala se escapando por su frente y su cuerpo cayendo hacia adelante completamente inmóvil.
Veo la risa de los hombres de Kýpros por detrás.
Los veo aprisionando a las mujeres que yo liberé, tocándolas, abusando de ellas. Los veo con un niño en brazos y disparando a Jaeden cuando el intenta recuperarlo.
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Perfecto Impulsivo | Titanes IV |
Teen FictionPara Jaeden Hoosh solo hay tres formas de hacer las cosas; a la buena, a la mala, o como las hace él. Cuando terminaron con Edén recupero parte de su libertad, pero a cambio de eso tuvo que entregar la mitad restante a BlackHand. Y aun así nada se...