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Marzo 9, 2018
17:22 PM『 T Y E E 』
Me giro unos segundos a mirar a los chicos. Esta escena podría ser digna de una película de acción, si la situación no fuera tan tensa. Como cuando los integrantes del grupo se reúnen y salen caminando en cámara lenta con una pegajosa canción de acción de fondo. Jaeden se baja del auto de una forma teatral, ordenando su cabello castaño mientras cierra la puerta con la otra mano. Jhon lanza una mirada audaz a sus alrededores mientras camina. La mirada de Skyle es oscura, y dentro de su vestimenta lúgubre, lo único que resalta es su cabello claro. Y Kylan de los últimos, con la mirada fija en mí, cerrando la puerta con la mano libre y sujetando el arma en su espalda de manera inquieta.
El nerviosismo es espeso en el aire, nos cuesta respirar. Los chicos me dejan caminar delante y ser quien toque la puerta mientras vigilan mi espalda. Aunque en realidad no hay nada que pudiera indicarnos que alguien nos seguiría.
Se me queda grabada la apariencia de Ferrari cuando abre la puerta, nos ve a todos en su porche y no encuentra a su hija. De alguna manera lo sabe, de alguna manera lo entiende enseguida. Lo lee en nuestros rostros. Y su caída se hace inminente. Su apariencia desgastada lo vuelve incluso peor, vistiendo tristes ropas de casa color gris, como si se hubiera levantado hoy con el presentimiento en el alma. Puede que al final la conexión de los padres con sus hijos vaya mucho más allá de la sangre cuando se pasan la vida junto a ellos. Pero nosotros solo estamos comenzando a entenderlo.
—¿Donde esta Ev?— pregunta inquieto, sin embargo, la mirada se posa directamente sobre Skyle. Creo que en este momento se fija en él porque si sus suposiciones llegan a ser ciertas, podría ser el único que entendiera su dolor.
Todo mi instinto sobreprotector me empuja a situarme delante de él para cubrirlo y evitarle el momento, ojalá poder hacer que no oiga, que no recuerde. Ultimamente se ha mantenido en pie, débilmente, inestable, pero siguiendo adelante al fin y al cabo. Y temo que cualquier cosa pueda desatar el dolor y derrumbarlo. No hay ninguna manera, pero daría todo si alguien me asegurara que podría quitarle todo de dentro, hacerlo volver a ser como antes de nuevo.
—La mataron— responde entonces. En el silencio de todo, creo que casi puedo sentir el corazón de Ferrari partirse, su mente explotar y su interior derrumbarse.
Retrocede un paso con bastante velocidad, como si alguien lo hubiera empujado y en su rostro se estampa la más pura expresión de dolor. Pero cuando veo a mi amigo, lo que más me duele, es no encontrarme con nada. Se mantiene de pie, mirándolo con la mandíbula en alto, como si estuviera hablando de la muerte de una persona completamente ajena.
—¿Qui-quien?
—No lo sabemos— dice Jaeden dando un paso al frente, luego le sigue un segundo hasta que finalmente termina ingresando en la casa. Jhon continua detrás de él, Kylan espera a que yo pase primero y al último entra Skyle, cerrando la puerta con una calma agobiante. Sus movimientos son tan controlados que se vuelven incluso inquietantes, tensos.
—¿Que-que paso con el bebe?
—¿Quién demonios podría querer hacernos esto?— comienza hablando entonces, ignorándolo, hay advertencia en sus palabras, salen de su boca como cuchillas y creo que todos sentimos el filo rozarnos la piel. —¿Quién querría matarte? ¿Por qué ir tras de ella?
—Yo-yo...— tartamudea. Nada completo sale de su boca. —No tengo idea.
—Heaven no tenía enemigos. Solo podría tratarse de ti.
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Perfecto Impulsivo | Titanes IV |
Novela JuvenilPara Jaeden Hoosh solo hay tres formas de hacer las cosas; a la buena, a la mala, o como las hace él. Cuando terminaron con Edén recupero parte de su libertad, pero a cambio de eso tuvo que entregar la mitad restante a BlackHand. Y aun así nada se...