Perfecto Impulsivo | Titanes IV |

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Junio 20, 2018
16:33  Pm

『 T Y E E 』

El tipo de la entrada vuelve a mirarme mal otra vez, pero no intenta impedirme entrar, de hecho, ni siquiera me habla. Forma una tétrica sonrisa fingida e incluso abre la puerta para mí. No puedo evitar sentirme a gusto de que ya sepa que no debe tomarme para broma.

El calor del verano se siente muy bien en el exterior, pero una vez que cruzo las puertas y me interno bajo tierra, todo cambia. Evidentemente el calor no llega aquí abajo, no arde como el infierno que debería ser, y comienzo a desear haber traído algo más conmigo. Ingreso hasta el hoyo y me detengo unos segundos contra el barandal para dar una respiración profunda, siento en mi pecho volver a instalarse esa sensación de melancolía. No me equivocaba cuando supuse que jamás dejaría de recordar todo lo que me trajo este mundo.

El Burlestt fue el peor lugar en el que jamás he estado, pero ciertamente, las guerras que pase después de que termine en la mafia, fue mucho peor. No por lo que me tocó vivir, si no por lo que me toco sentir. Tantas perdidas, tanto dolor.

Día a día, cuando me miro al espejo y me maquillo, o incluso solo cuando paso a tocar mi cara y siento la cicatriz, recuerdo. Lo recuerdo todo. Aquella noche, el sonido de los disparos, las últimas palabras de Blake, su sangre. A veces la sangres se queda conmigo incluso cuando dejo de tocarme o de verme. Cuando veo a mis hijos y pienso en lo feliz que estaba Ian por la noticia, y me pregunto de quien habría terminado siendo el padrino. Cada vez que siento el olor de algo quemándose, recuerdo a Marianelle pidiéndome que resista mientras las llamas se alzaban a nuestro alrededor. Se ha vuelto más fácil, es cierto, con el tiempo la tristeza se vuelve menos constante, dura menos. Pero cada vez que ingreso aquí, es una clase diferente de recuerdos. A veces siento que incluso puedo escuchar sus voces hablarme, como si todos ellos estuvieran viviendo aquí dentro.

Por eso odio venir.

—¿Honey?

No me hace falta girarme a mirar para saber quién me está llamando, porque Theon no me ha nombrado por ese apodo ni una sola vez. Por eso que mi primera reacción es apretar los ojos. Cuando los abro, lo veo acercarse por el pasillo izquierdo. Lo peor no es que me haya encontrado con él por casualidad justo cuando no quería hacerlo, si no que no haber recordado que él se quedó con mi antigua habitación, así que había un cincuenta por ciento de posibilidades de que esto pasara.

Jaeden viene vistiendo ropa bastante desabrigada para el frio que hace aquí abajo, aunque ha sido así desde que lo conocen. Siempre me he preguntado si es que el frio no le molesta, o directamente, no lo siente.

Frunce el ceño. —¿Qué haces aquí?

—Hellion me ha llamado.

—¿Por qué no me dijiste que vendrías? Podría haber venido por ti.

—Porque estaba esperando no encontrarme contigo hasta haber terminado la reunión.

Su mirada se agudiza. —¿Por qué?

—Porque tienes un sentido bastante perceptivo, y ya debes estar maquinando todas las posibles razones por las cuales el jefe de la mafia me quiere aq...

—Necesita ayuda.

—...Tal como lo he hecho yo.

—Esto no puede ser bueno— menea la cabeza lentamente en forma negativa y enfatiza el gesto cruzando se de brazos.