Perfecto Impulsivo | Titanes IV |

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Junio 20, 2018
18:44 Pm

『 T Y E E 』

Me inunda una extraña sensación de pánico cuando siento a Kylan cerrar la puerta de la casa. La mano me tirita cuando le doy una cucharada de comida a Laughter. Miro a Dallas y Maze frente a mi haciendo lo mismo con Luxxen e inhalo intentando tranquilizarme.

Es la primera vez que me siento nerviosa de tener que decirle algo a Kylan, y aunque ya se todo lo que se viene, y también que no hay más opción, la diferencia esta vez, es que si me importa lo que él piense.

Kylan siempre ha sido de negarme cosas y darme órdenes para intentar protegerme. Lo hacía porque era todo lo que sabía hacer. Se crio en un mal entorno, no tenía idea de cómo tratar apropiadamente con las personas, no tenía idea de cómo llevar una relación, ni que había otra forma de hacer las cosas. Yo por el contrario, seguí ordenes por mucho tiempo, acate, obedecí, me humille y me sacrifique para mantenerme con vida. Por eso, cuando deje el Burlestt, me prometí que no volvería a dejar que nadie me obligara a hacer algo que yo no quería.

En consecuencia, cada vez que el intentaba aplicar algo sobre mí, yo respondía haciendo todo lo contrario. Porque cada vez que escuchaba una orden, se desataba en mi un inmenso odio, una necesidad de arrasar con todo. Nada me importaba realmente. Nada más que volver a sentir de vuelta esa pequeña libertad que estaban intentando quitarme.

Con el paso del tiempo Kylan, como yo, también cambio. Me incluye, me deja tomar mis decisiones, me pregunta, e incluso me obedece. Y yo comencé a ceder en algunas cosas, porque era mi turno de admitir que no siempre tengo la razón. Y que también estamos en inminente peligro, y que ya no es como antes, cuando no me importaba si acababa muriendo en alguno de mis arrebatos de eufórica libertad. Ahora no estoy sola como en aquel entonces. Ahora tengo amigos, tengo familia, alguien que me ama y a quien amo, y tengo dos bestias.

Por eso tengo miedo, porque sé que hoy no puedo ceder. No tengo alternativa. Tendré que pelear con todo hasta ganar, tendré que volver a ser la antigua yo, fingiendo que como antes, no me importa nada. Cuando en realidad sí que me importa.

Se me acerca por la espalda y me abraza igual que cada día, apretándome ligeramente, como si quisiera asegurarse de que soy real, de que estoy bien, viva y a su lado. Besa a Laughter en la cabeza y hace lo mismo con Luxxen antes de alborotar el cabello de su hermano. El saludo hacia Maze se limita a un asentimiento de cabeza y una sonrisa.

Eso es todo, no suele tener mayor contacto con su hermano, ni con nadie en general, que no sean sus hijos. Solo y únicamente con ellos, es capaz de mostrar hasta la parte más brillante de su alma. Como si fueran ellos quienes se la arrebatan en contra de su voluntad. Pero tampoco se avergüenza.

—¿Donde esta Millán?—pregunta sirviéndose un vaso de jugo.

—Arriba estudiando— responde su hermano haciendo una cara hacia Luxxen. Él suelta una especie de risa, y entonces es cuando Dallas le mete una cucharada de comida a la boca. Al niño se le baja la sonrisa, vuelve a formar una mueca. Odia la comida envasada.

—Creo que ya están pidiendo que les cocines— menciono, Kylan me lanza una sonrisa.

—Ya estaba pensando en eso.

Lo amo.

—Son bastante inteligentes— los alaga la chica, mirando a mi hijo con una sonrisa.

Solo hace un par de semanas los gemelos comenzaron a comer, y aún están acostumbrándose a los sabores, pero ya nos dejaron más que claro que odian mi cocina.