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Mayo 08, 2018
12:33 Pm『 T Y E E 』
Siendo sincera, caminar por aquí se vuelve un poco extraño después de tanto tiempo sin haber puesto ni siquiera un pie cerca de este lado de la cuidad.
Hay un tipo que me detiene cuando intento cruzar la puerta de la entrada en BlackHand. Alto, musculoso, vestido completamente de negro, y lleva encima una mirada dura. Recuerdo haberlo visto antes, cada vez que intentaba escaparme cuando aún no podía salir. Siempre estaba aquí para detenerme. Pero luego de que me liberaron la primera vez ya ni siquiera me prestaba atención. Así es como lograba salirme con la mía cada vez que quería.
—No puedes ingresar así como así— me dice con un tono de voz ronco. —Ya no perteneces aquí.
Alzo las cejas con curiosidad y algo de burla. —¿Ah, sí? ¿Y quién lo va impedir?
Podría decirle que en realidad para Hellion yo aun sigo prácticamente siendo parte de su equipo, solo que ya no estoy viviendo aquí dentro. Mero trámite de títulos. Le debo un favor de la última vez que me tuvo aquí, cuando hui para no tener que enfrentar a Kylan. Fue un favor ridículo, pero ambos tenemos más que claro que en realidad es porque tanto a él como a mí nos conviene tenernos cerca. Somos cartas muy poderosas para el otro. Como ese comodín que puedes usar para cualquier cosa y que de seguro te hace ganar la partida.
Así que el sujeto solo tendría que llamarlo para confirmarlo.
Pero hoy me siento con unas increíbles ganas de discutir. Por eso decidí venir en primer lugar, así que juego mis cartas.
Saco y balanceo la Karambite con una mano como advertencia, y apoyo la otra sobre la Desert en mi cintura como amenaza.
—Podría preguntarle a Hellion que perdida le afectaría menos— sugiero.
Hace una mueca de disgusto con la boca y en seguida sé que está reconsiderando su palabras. Sabe que de comenzar una lucha conmigo probablemente él gane, y yo me estoy arriesgando hasta las venas en este pequeño juego, pero la emoción es más grande. Y él perdería al final de todas formas. Y lo sabe. Así que se aparta de mi camino y me deja ingresar.
Volver se siente raro, y junto con esa incomodidad, también llega el dolor, porque después de traspasar las puertas del estacionamiento, lo primero que veo es el sexto piso y la habitación donde yo solía quedarme.
Creo que jamás entré en la habitación de Blake, así que probablemente si caminara por fuera del tercer piso no sentiría la misma nostalgia que siento ahora. Fue en mi habitación donde más nos involucramos. Donde nos unimos realmente. Estaba siempre. En los buenos, en los malos y los peores momentos que viví dentro de este lugar. Le debo mucho que aun conserve la estabilidad emocional que hubiera perdido en este encierro si él no hubiera estado. Instintivamente me llevo la mano a la cicatriz de la mejilla. Ni siquiera me la hizo él, pero tenerla allí y verla cada vez que me reflejo en el espejo es un constante viaje al pasado. No se vuelve más fácil.
El interior esta tan abarrotado de gente como lo recuerdo. Esta vez incluso hay movimiento en los pisos superiores. También hay bastante ruido que sube en eco hasta mi posición. He elegido también el día de hoy porque sé que Jaeden no está, y no me hará preguntas por verme acá. No es como que tenga nada que ocultar, pero no es un asunto en el que él deba involucrarse.
Nadie más presta mucha atención en mi camino por el recinto. Antes sí que lo habrían hecho, porque en aquel momento yo era la nueva, la única persona nueva que ingresaba a la mafia con mas de veinte años en el cuerpo, por lo menos. Y también la única con un cabello que se veía hasta en la oscuridad. Pero ahora, después de que se trasladaron muchos desde Edén, no creo que la gente aquí pueda memorizar tantas caras.
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Perfecto Impulsivo | Titanes IV |
Teen FictionPara Jaeden Hoosh solo hay tres formas de hacer las cosas; a la buena, a la mala, o como las hace él. Cuando terminaron con Edén recupero parte de su libertad, pero a cambio de eso tuvo que entregar la mitad restante a BlackHand. Y aun así nada se...