Perfecto Impulsivo | Titanes IV |

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Julio 31, 2018
14:15 pm

『  T  Y  E  E  』

Siendo completamente sincera, si me siento nerviosa al volver a ingresar a la base de Vasíleio. Solo han pasado un par de días, y no he vuelto allí porque no tenía razones, y aun cuando la curiosidad me estaba matando, no podía arriesgarme a ser demasiado obvia. Pero cuando ingreso otra vez y los hombres que custodian las puertas la cierran tras de mí, no puedo evitar sentirme ansiosa, pensando en cómo podría salir de aquí si me encierran.

Me muevo por los alrededores con la cabeza en alto pero con la mirada fija en el frente hasta que llego a la sala de entrenamiento. No me extraña encontrarme con Elvetía y sus hombres entrenando como si estuvieran a punto de liderar la guerra en la League. Ella me recibe con un asentimiento de cabeza, pero no me presta mayor atención hasta que me acerco ya lista con mi equipo de entrenamiento.

—Pero mira que sorpresa—murmura, y vuelve a golpear su saco.

—¿Sorpresa por qué?

—Tenemos el campeonato casi encima y tu ni siquiera te apareces. ¿Qué ha sido tan importante como para mantener a la princesita ocupada?

Levanto una ceja. ¿Princesita? ¿En una jodida broma? Le doy un par de golpes a mi saco también para quitarle un poco la importancia.

—Peleas callejeras— miento. —No he dejado de entrenar, simplemente cambie de escenario. No voy a volverme buena peleando con un maldito saco de agua.

Ella detiene su entrenamiento para voltearse a mirarme. —No sabia que pelearas en las calles.

—¿Sabes siquiera algo de mí?

Hago que la pregunta suene arrogante, pero en realidad de verdad me gustaría extorsionarla por esa respuesta. ¿Cuánto es lo que sabe de mí? No me cabe de duda de que deben haber estado investigándome, pero si lo que dice Hellion es cierto, y ser un Prizrak tiene tales ventajas como proteger mi historia, entonces gran parte de mi debería estar a salvo.

—Y dime, ¿Dónde peleas?

—¿Por qué? ¿Quieres ir también?

—Si la boxeadora principal considera que es un buen entrenamiento, no veo por qué no.

—Son rings de mala muerte— gruño. —¿Estas segura de que no te asustarías?

Bromeo solo para darme más tiempo a pensar en mi nueva mentira. Siempre puedo preguntarle a Jaeden luego, pero por ahora, necesito algo que me saque de apuro. Elvetía parece a punto de decir algo, cuando unos gruñidos la interrumpen.

Detrás de nosotras dos sujetos comienzan a regalarse puñetazos limpios mientras recorren la sala en persecución del otro. Los demás alrededor gruñen de molestia y veo algunos que fastidiados por la interrupción, les lanzan un golpe cuando pasan cerca de ellos.

—¿Qué es lo que sucede?— pregunto alzando una ceja arrogante y desinteresa. —Parece que todos fueran cabreados.

—Lo están.

—Vaya mierda— dejo caer las palabras esperando que ella diga algo más o que me llegue alguna idea para continuar con el tema sin parecer interesada. —O sea, los demás tenemos que aguantarlos solo porque ellos se levantaron con el pie equivocado.

—Y mejor acostúmbrate, seguirán así hasta que consigamos nuevas putas.

Trago el gruñido que se me atora en la garganta. —¿Qué pasa con las otras?