Cuando llegó a la revista, Jack la estaba esperando en la recepción con cara de preocupación.— ¿Qué ha pasado?
—Nada, Manuel se ha puesto enfermo. Ayer llegó a casa empapado por la lluvia y tiene un resfriado de campeonato. Me ha pedido que le entregue esto a Santi. ¿Se lo puedes llevar tú? Yo aún no lo conozco.
—Bueno, eso tiene fácil arreglo. Hola, Santi. —Jack saludó a Santi, que acababa de salir en ese preciso instante del ascensor—. ¿Tienes un minuto?
—Hola, Jack. ¿Sabes algo de Manuel? Llevo más de una hora buscándolo.
—Manuel está enfermo.
—¿Enfermo? Él nunca está enfermo. ¿Qué le ha pasado?
—Que es un inconsciente. —Lucero hizo el comentario sin darse cuenta de que lo hacía en voz alta, y entonces Santi la miró directamente.
—Santi, permíteme que te presente a Lucero Hogaza. Lucero, te presento al señor Santi Abbott, director de esta casa de locos.
—Encantada, señor Abbot. Manuel me pidió que le diera esto. —Lu le entregó la memoria con los archivos.
—Es un placer, Lucero, y por favor, llámame Santi. ¿Qué le pasa a Manuel, además de ser un inconsciente? —Santi sonreía, le encantaba esa chica. Ahora que la había visto de cerca, entendía que Manuel estuviera medio loco últimamente. La chica tenía una chispa en los ojos...
—Está resfriado, muy resfriado. Pero además está agotado, y es testarudo como una mula.
—Tienes razón, es un cabezota. Si necesitas algo, llámame, yo voy a revisar esto para la próxima edición. Jack, avísame cuando tengas las fotografías. Lucero, espero volver a verte. —Sonriendo, se despidió de los dos.
Lucero estuvo todo el día preocupada por Manuel, seguro que no se había tomado las medicinas. Ella habría querido irse antes, pero sabía que si lo hacía, Manu se enfadaría. Para él, lo primero era la revista. Así que intentó concentrarse al máximo en su trabajo, tenía que maquetar los nuevos artículos que Jack le había entregado. Los había escrito Manuel y eran muy buenos. Eran originales, irreverentes, pero serios en la información que aportaban. Lucero pensó en los reportajes robados, ¿quién podría hacer eso y por qué? Ojalá lo encontraran pronto. Mientras, ella haría todo lo posible por ayudar a Manuel y a sus amigos; después de todo, ahora también eran amigos de ella, y no quería que les pasara nada malo. Además, aunque fuera sólo por unos meses, ella también trabajaba allí, y quería que la revista siguiera siendo un éxito.
Cuando por fin llegó la hora de salir, Lucero apagó su computadora a toda velocidad y corrió hacia la farmacia. Compró todo lo que creía poder necesitar; aspirinas, vitaminas, spray nasal, pastillas para la tos. Fue un poco exagerada. Luego, de camino al supermercado, llamó a su madre.
—Hola, mamá.
—Hola, cariño. —Al oír que tenía la respiración acelerada le preguntó—. ¿Dónde estás?
—En la calle. Tengo que ir a comprar comida. —Esquivó a un perro que casi la tira—. Manuel está enfermo.
—¿Qué le pasa?
—Creo que está resfriado. Ayer lo pilló la lluvia.
— ¿Y tú vas a ser su enfermera?
—¡Mamá! —exclamó Lucero sonrojada. Su madre era incorregible.
—¿Qué pasa? —preguntó ella, fingiendo no saber por qué su hija se indignaba.
—He comprado aspirinas. ¿Crees que necesitaré algo más?
—Bueno, yo le prepararía zumo natural para que tome vitaminas, y un poco de caldo. ¿Te acuerdas de cómo se prepara?
—Sí, claro. Tienes razón, eso le sentará bien.
—Yo siempre tengo razón. Es uno de los pocos privilegios que tiene ser madre.
—Te dejo, estás empezando a decir tonterías. Dales muchos besos a papá y a todos de mi parte.
—Igualmente. Cuídate.
PIDO PERDÓN POR NO PODER CUMPLIR EXACTAMENTE CON EL MARATÓN DE LAS TRES HISTORIAS, ES QUE TUVE UNA FIESTA✨ DENLE APOYO, LU SE VA A APROVECHAR DE MANUEL POR ESTAR ENFERMÓ 😳
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♡︎𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙤 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙚𝙨𝙘𝙖𝙥𝙚♡︎
RandomLucero, una joven diseñadora gráfica que vive en Barcelona, se ve forzada a redirigir su carrera profesional a causa de un accidente. Aconsejada y apoyada por su familia, Lucero se traslada a Londres. Su hermano Antonio ha intercedido para que Manue...