Incluso sus amigos se habían dado cuenta, y a ella empezaban a agotársele las excusas para justificar que ella y Manuel ya no salieran tanto juntos. Después de varias noches sin dormir y de un montón de llamadas a su madre, decidió que lo mejor sería que se buscase un piso donde pasar el tiempo que le quedaba en Londres. Al menos así podría estar tranquila y, si tenía suerte, tal vez lograra olvidarse de Manuel.Con esa idea en mente, empezó una nueva semana. El lunes, justo antes de que dieran las cinco, Jack apareció por encima de su cubículo.
—Ya es hora de salir. Vamos, apaga el ordenador. No te olvides de que soy tu jefe y tienes que hacerme caso —añadió sonriendo—. ¿Esperas a que venga Manuel o quieres que te acompañe yo?
—La verdad es que he quedado con Nick.
— ¿Ah, sí?
—Sí, me ha llamado antes para invitarme al cine y hemos quedado allí dentro de media hora. —Mientras hablaba con él, Lu apagó su ordenador y recogió el bolso del suelo.
— ¿Qué película vais a ver?
—No sé, ya sabes cómo es Nicholas. No ha querido decírmelo porque es una sorpresa. En fin, mañana te cuento. Gracias por ofrecerte a acompañarme, Jack, pero como ves, no hace falta.
—De nada. ¿Sabe Manuel que vas a llegar tarde a casa? —le preguntó Jack levantando una ceja.
—No, no lo sabe. Pero no te preocupes, no creo que le importe.
Jack y Lucero estaban de pie ante el ascensor cuando las puertas se abrieron, y dentro vieron a Manuel. Llevaba las gafas, señal de que estaba muy cansado, e iba cargado de papeles.
—Jack, suerte que te encuentro. ¿Podrías decirme por qué las fotografías del reportaje de China no son las que tú y yo decidimos y por qué la portada de este mes es tan horrible? Creía que todo había quedado claro.
—Manuelito, estaré encantado de hablar contigo. La verdad es que llevo todo el día persiguiéndote para hacerlo. ¿Te acuerdas de que esta mañana habíamos quedado?
—Ah, lo siento, he tenido un día horrible. ¿Podemos hablar ahora?
—Por supuesto, tú eres el jefe —respondió Jack mirando a Lucero, que aún esperaba para entrar en el ascensor.
—¡Lucero! —exclamó Manuel sonrojado—. No te había visto.
—Tranquilo, no pasa nada. ¿Ves como tenía razón? —Añadió ella mirando a Jack—. En fin, me voy. Hasta mañana.
Entró en el ascensor y pulsó el botón para que las puertas se cerrasen. No tenía ganas de estar junto a aquel frío energúmeno ni un minuto más del necesario.
—Jack, ¿sobre qué tenía razón Lucero?
Spaws✨🪄❤️
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♡︎𝙀𝙡 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙣𝙤 𝙩𝙞𝙚𝙣𝙚 𝙚𝙨𝙘𝙖𝙥𝙚♡︎
RandomLucero, una joven diseñadora gráfica que vive en Barcelona, se ve forzada a redirigir su carrera profesional a causa de un accidente. Aconsejada y apoyada por su familia, Lucero se traslada a Londres. Su hermano Antonio ha intercedido para que Manue...