En un mundo asediado por la discordia entre humanos y seres mágicos llamados "ents", Nora, escapa de las garras de supuestos aliados, lanzándose hacia lo desconocido, ansiosa por saborear la libertad tras un año de cautiverio. Sin embargo, lo que ig...
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Varlan estaba parado, de cara a la ventana sin ver nada en específico, mientras un par de lágrimas recorrían sus mejillas. Acto seguido cerró sus ojos con fuerza y llevó su mano frente a ellos. La Reina Alelí se levantó y tocó su hombro en señal de apoyo.
Jamás supo lo que su amigo había pasado. Ahora que entendía su constante ausencia durante aquella época, se preguntó si de haberlo sabido, de haber sido más comprensiva, hubiera confiado en ella para refugiar a sus amigos.
Garrett estaba en silencio, con su cabeza en otra parte, un lugar lejano y ajeno a todos en aquella habitación.
Los trillizos se levantaron y rodearon a Nora, quien no había dicho ni una palabra, mientras trataba de contener su llanto sin éxito. Kieran, le acercó un pañuelo y en cuanto Nora alzó la vista y vio el trío de ojos en primer plano llorando por ella, y el par de la reina y Varlan a lo lejos, se levantó lentamente. Revolvió el cabello negro de los trillizos, aceptó el pañuelo y se acercó a un fauno, totalmente abatido mental y físicamente.
Fue por ello que Varlan por poco se echó a llorar como un niño, al sentir los brazos de su pequeña Nora rodeando su cintura y hundiendo su cara en su pecho, buscando consuelo cual infante. Varlan se quedó congelado y abrazó a la pequeña perdida de su memoria; cuánto habría sufrido por su causa. Y aún así, allí estaba, llorando y aferrándose a él como cuando era niña.
Todos observaron aquella escena, y Garrett, quien todavía no había mostrado ningún tipo de emoción mas que la de confusión, se levantó silenciosamente y abandonó la estancia sin que nadie, salvo su madre se percatara de ello.
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