En un mundo asediado por la discordia entre humanos y seres mágicos llamados "ents", Nora, escapa de las garras de supuestos aliados, lanzándose hacia lo desconocido, ansiosa por saborear la libertad tras un año de cautiverio. Sin embargo, lo que ig...
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La luz diurna atravesaba las ventanas y Nora saltó de la cama, entusiasmada por llevar a Garrett a su hogar. Se cambió y puso un hermoso vestido verde que su tío le había obsequiado, el cual, hacía resaltar el color de sus ojos.
Su padre ya estaba despierto y sentado en la mesa, observando a su esposa desde su asiento, mientras Dalia preparaba algo de comer.
—Rayito, el desayuno va a estar listo en media hora. ¿Por qué no vas mientras a ver si Garrett ya ha llegado? Si es así, papá irá a buscaros cuando esté todo listo.
—Sí. ¿Cómo te sientes papi?
—Mucho mejor ahora que te veo. Pero- ugh... creo que voy a necesitar un beso de mi rayito para tener energía...
Nora rió por lo bajo y besó a su padre en la mejilla. Ante dicha acción, Dalia hizo un puchero «digno de Adahy», pensó la Nora adulta. Por ello, la pequeña se acercó a su madre y la abrazó para depositar otro beso en su mejilla.
La Nora adulta no quiso irse de allí pero la imagen de su madre se desvanecía con cada paso que la niña daba en dirección opuesta. Así que Nora trató de grabar su imagen en su cabeza a través de sus lágrimas. Sus preciosos ojos de color verde oscuro, la cabellera rizada que había tenido la fortuna de heredar, su hermosa sonrisa y el amor que desprendía por ella y su padre.
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