Capítulo 49 - Devoción

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Sentía sus párpados pesados y el sueño luchando por regresarla a la calma y paz que estaba sintiendo, pero los gruñidos en su estómago le exigían que se levantara y cuando al fin logró abrir los ojos, se vio cubierta por una sábana de una tela sum...

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Sentía sus párpados pesados y el sueño luchando por regresarla a la calma y paz que estaba sintiendo, pero los gruñidos en su estómago le exigían que se levantara y cuando al fin logró abrir los ojos, se vio cubierta por una sábana de una tela sumamente suave y delgada que supuso, Garrett había colocado sobre ellos. Él seguía profundamente dormido y no parecía haber notado su despertar. No había pasado nada de frío a pesar de encontrarse como vino al mundo y supuso que sería gracias a la hoguera corporal que tenía abrazándola por la espalda, quien afortunadamente volvía a traer puestos sus pantalones a pesar de la desnudez de ella.

Nora lo observó detalladamente: las marcas sobre su rostro que denotaban su naturaleza élfica; sus pobladas cejas, su magnífico torso, sus labios carnosos... y recordó todo lo acontecido sobre la cama la noche anterior, y la vergüenza se apoderó de ella. Evocó las memorias del sonido de sus cuerpos chocando y dándose placer el uno al otro, sabiendo que ella había recibido más de lo que había dado, agradeciendo al joven por atesorarla, cuidarla y mantenerse firme a su palabra. Garrett había demostrado ser un ser de honor y leal, y eso jamás podría volver a dudarlo.

Trató de levantarse lo más sigilosamente posible para no despertarlo; necesitaba un buen baño, así que tomó su ropa, sacudiéndola y se acercó a la habitación contigua para encontrarse con un hermoso espejo, junto a un depósito natural de agua con una vista panorámica hacia el exterior, que parecía cubierto con una especie de cristal. La altura era vertiginosa, pero la vista le quitó el aliento.

Mientras colocaba su ropa junto al espejo, observó su cuerpo y por algún motivo recordó las palabras que Garrett había estado compartiendo con ella mientras recorría su cuerpo repartiendo caricias y mimos por doquier.

Sus músculos estaban un poco más definidos y su piel era más tersa, en comparación con hacía unas semanas, gracias al entrenamiento diario que había estado recibiendo y le encantó ver su cuerpo femenino mostrando tanta fuerza, así como belleza. Observó las marcas sobre su piel; hacía tiempo que no se había detenido a estudiarlas y era claro que aquel era su estado de máximo esplendor. Estaban completamente extendidas y cubrían casi la totalidad del dorso de su cuerpo, envolviéndose y enmarcando la figura de la joven, haciendo de ésta, una sumamente femenina y estética.

La Profecía - Saga Ents I   (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora