Capítulo 50 - Smultronställe

23 0 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tras vestirse nuevamente y robándose un par de besos el uno al otro mientras lo hacían, retomaron su camino de regreso, no sin antes pasar por algo de leña y cuando al fin llegaron con Rax y los chicos, Nora notó un cambio de actitud en Garrett

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tras vestirse nuevamente y robándose un par de besos el uno al otro mientras lo hacían, retomaron su camino de regreso, no sin antes pasar por algo de leña y cuando al fin llegaron con Rax y los chicos, Nora notó un cambio de actitud en Garrett.

Estaba visiblemente de mejor humor, pero aún así, pasó delante de Rax con cierto aire de suficiencia, mientras éste último, apartaba la mirada tanto de él como de ella y al fijarse un poco mejor, se percató de que Adham, Duncan y Kieran, también estaban evitando su mirada.

           —¿Y a vosotros qué os pasa?

De pronto, el sonido de unas risas llegó claramente al salón en el que se encontraban; sonaron tan cercanas que Nora pensó por un instante, que habría alguien en alguna de las habitaciones.

           »¿Hay alguien en los cuartos? —quiso saber, notando la evasiva de los más jóvenes nuevamente.

           —Han de haber sido otras inquilinas —asumió Adham.

           —El ruido rebota mucho por aquí debido a las cavernas —aclaró Duncan, pero fue Kieran el que al fin dio a Nora la respuesta que no había comprendido.

           —Una de ellas llega a una cascada... —terminó por añadir el menor de los hermanos.

«¿Una cascada?»

Nora se quedó inerte y con la mirada perdida hasta que volvió a mirar a los niños y de ellos a Garrett con una pícara sonrisa en el rostro. El color rubí tan característico en los ojos de Kieran pasó a convertirse en el predominante en el rostro de la joven, haciendo que gritara de vergüenza y se enfadara muchísimo con Garrett:

           —¡Tú lo sabías!

           —No sé de qué estás hablando —se defendió, aunque no parecía estar convencido—. Tú eres quien me arrastró fuera.

La joven no quiso seguir discutiendo; estaba sumamente enojada... avergonzada... y no supo qué emoción era más fuerte en ese momento, así que se fue a su cuarto, se tumbó y cubrió su cabeza con la almohada esperando a que la tierra la tragase o despertara de esa pesadilla, pero algo dentro de ella le dijo que ninguna de las dos opciones iba a ser viable.

La Profecía - Saga Ents I   (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora