CAPÍTULO 4 - Raabta

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           —Estaba sucia y olía mal —se apresuró a añadir el Garrett

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           —Estaba sucia y olía mal —se apresuró a añadir el Garrett.

           —Yo no he dicho nada —respondió Varlan burlón.

           —¿Y esa sonrisa? —cuestionó el joven un tanto molesto.

           —¿Uno no puede estar feliz de que finalmente pasaras el rato con una hembra?

           —Ella no es-

           —¿...tá despierta? —completó el fauno divertido.

           —¡No era eso lo que quería decir! No es- 

           —¿Una hembra? —preguntó Varlan simulando sorpresa de manera teatral. Aquello lo estaba divirtiendo demasiado.

           —Sabes a qué me refiero. Ella es humana —añadió el elfo de la manera más seria posible, todavía con la chica en brazos.

           —¿Y eso es importante porque... ? —exclamó el fauno, esperando a que el príncipe completara su oración con algún supuesto argumento, que jamás llegó.

La pregunta de Varlan lo hizo rememorar su motivos y volvió a adquirir su tono más serio a pesar del nerviosismo que seguía amenazando con delatarlo.

           —Sólo- cállate y dame la ropa —concluyó el príncipe desesperado.

Varlan sabía perfectamente qué decir para exasperar al joven elfo, aunque lo que más lo divirtió, fue verlo ruborizarse. Habían pasado al menos 13 años desde que lo había visto así y todavía no descubría quién o qué lo había causado la primera vez.

Garrett tomó la ropa que el fauno había traído y se la llevó junto con la bella durmiente hasta su cama, donde la recostó lo más suavemente posible. El efecto de la pócima que Varlan le había administrado podría no durar mucho más y explicar aquella situación iba a ser muy complicado en caso de que recobrara la consciencia antes de tiempo.

           Ya fuera de la vista de su mentor, Garrett se acercó a su armario, se vistió de una manera algo torpe y rápida, y regresó con la muchacha, todavía cubierta con la toalla que le había puesto en el baño. La colocó bajo las sábanas y tiró de la tela con cuidado para dejarla desnuda dentro de su cama. Aquella idea lo perturbó pero sacudió aquel pensamiento casi de inmediato. Agarró la ropa que Varlan le había entregado para examinarla, ver la complejidad de ponerle todo aquello sin verla y se sintió aliviado al saber que sería muy sencillo. 

La Profecía - Saga Ents I   (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora