En un mundo asediado por la discordia entre humanos y seres mágicos llamados "ents", Nora, escapa de las garras de supuestos aliados, lanzándose hacia lo desconocido, ansiosa por saborear la libertad tras un año de cautiverio. Sin embargo, lo que ig...
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—¡Cuidado!
Rax, apartó a Nora a tiempo para detener el ataque de otro ent oscuro a su espalda, colocándola tras él. Ambos parecían luchar con su mayor rango de fuerza, chocando sus armas, mirándose a través de la equis que formaban, cuando una enorme figura apartó lateralmente al oscuro frente a Rax, causando que éste último, cayera repentinamente hacia delante. Había sido Oak.
Su pelaje estaba manchado de sangre; algunas partes más oscuras que otras y Nora no supo si toda sería suya, de sus enemigos, o sería una mezcla de ambas. Con la preocupación todavía inundando su mente, ayudó a Rax a levantarse rápidamente y observó a Oak dirigirse a ellos, embistiéndolos hacia el portal, quedándose atrás para retener a la mayor cantidad de ents malignos posibles.
Nora tuvo que cerrar los ojos ante la luz que parecía irradiar de todas partes y sintió una caída libre en su estómago, parecida a la sensación que tuvo al saltar de la muralla para escapar, lo cual también fue acompañado de un grito, hasta que aterrizó sobre su estómago, deteniendo la caída sobre el pasto con sus palmas, volviendo a enviarle una corriente de dolor a través de su muñeca. Estaba casi segura de que algo a su derecha había crujido.
—¡Gaizka! —gritó Adham.
—Nora, ¿estás bien?—Duncan se acercó a ella para ayudarla a levantarse.
—¿Qué hace él aquí? —demandó saber Kieran, mirando a un lado de ella, y viéndose bastante irritado.
Aquella última pregunta la había confundido y siguió la mirada de Kieran hacia su izquierda, para encontrarse a Rax, levantándose al igual que ella con nada más que asombro y desconcierto en su rostro. Los cinco se encontraban en lo que daba la sensación de ser el final del bosque, a las faldas de una montaña que parecía partida por la mitad, sin ser visible la que debía de haber sido la mitad derecha. La cima estaba cubierta de nieve. Del lado derecho de la enorme montaña, había una caída libre, claramente mortal, dejando paso únicamente a hermosas nubes y bloques de tierra flotantes a lo lejos.
Nora quedó anonadada, sintiendo el aire mucho más frío de lo que había sido en el interior del bosque; escuchó el rugir del agua y fue entonces que recordó lo que Garrett les había dicho.
