En un mundo asediado por la discordia entre humanos y seres mágicos llamados "ents", Nora, escapa de las garras de supuestos aliados, lanzándose hacia lo desconocido, ansiosa por saborear la libertad tras un año de cautiverio. Sin embargo, lo que ig...
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Nora se pasó el camino a casa de los chicos pensando en todo lo que había sucedido en los últimos días y por alguna razón que escapaba a su entendimiento, se había sentido más en casa allí, que durante toda su vida en la aldea.
—¡Oye pelirroja!
Nora alzó la vista ante el llamado desconocido para encontrarse a la dueña de aquella armoniosa voz:
—¡Lis!
—¿En qué está pensando esa cabecita tuya? Llevo llamándote un buen rato ja, ja, ja.
—Lo siento, yo... no es nada.
—Oye, sé que no te gusta hablar de él, pero ¿cómo sigue Garrett?
—No es que no me guste, pero, bien.—Nora rió para sí mientras recordaba a su lobo dormir—. Está descansando. Varlan me dice que los chicos siguen estables, pero quería visitarlos y dormir un poco. Luego regresaré con el lobo.
—¿El lobo? Creí que no te caía bien.
—Tengo varios asuntos sin resolver con Garrett y estoy muy enfadada con él. Pero su lobo no tiene la culpa.
—¿Varlan ya te ha hablado de eso?
Ante la interrogante en el rostro de Nora, Lis hizo una pequeña aclaración.
—Su lobo; sus instintos...
—Me ha dicho que son dos seres diferentes. Lo que me lleva a pensar, ¿podrá comunicarse con él? ¡Ay! ¿Cómo no se lo pregunté?
—Eres muy curiosa, ¿cierto?
—Es sólo que, tengo tantísimas preguntas. Todo lo que creía saber acerca de tu mundo estaba equivocado. Engañan a los humanos Lis. Si supieran la verdad, tal vez dejarían de temer.
—Recuerda, es nuestro mundo ahora. Formas parte de nosotros Nora.
—Pero también de ellos. Mi madre era humana. No digo que vaya a ser sencillo, y habrá quienes estén totalmente en contra; lo sé. Pero la gran mayoría no son como los cazadores.
