CAPÍTULO 17 - Laotong

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            —Cuando dijiste que las cavernas mantenían el calor del agua de las termas no pensé que fuera tan acertado

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            —Cuando dijiste que las cavernas mantenían el calor del agua de las termas no pensé que fuera tan acertado.

Nora y Lis llevaban una toalla puesta para taparse lo justo mientras charlaban sentadas en la orilla, dentro de la terma. Lis observaba a sus hermanos jugar y una duda surgió nuevamente de su mente.

           —¿Puedo preguntarte algo delicado?

           —Claro.

           —Mis hermanos me han explicado cómo los salvaste, pero lo que quisiera saber es... ¿qué hacías en el bosque esa noche? ¿Y por qué te seguían los humanos?

Todos habían estado tan asombrados con el descubrimiento de que ella fuera el fénix, que nadie realmente se había detenido a pensar en esa parte de la historia, ni siquiera ella. Eso hizo que Nora recordara su pasado reciente, el cual había omitido hasta ahora gracias a ciertas distracciones.

           —Yo vivía en la aldea humana como uno de ellos.—Lis parecía algo sorprendida con este dato, pero tomó la mano de Nora para alentarla a que prosiguiera—. Mi aspecto en ese entonces era mucho más humano. El gobernador era mi protector. Pero, poco a poco fue cambiando; supongo que fue mostrando su verdadero rostro.—Nora no pudo más que sonreír amargamente—. Pero el año pasado, una partida de caza llegó con los sobrevivientes de un clan de ents a la aldea. Todos fueron hostiles con ellos. Y yo no lo entendía. Habíamos oído historias sobre cómo los ents eran salvajes, despiadados y seres horribles, pero no era eso lo que yo estaba viendo. Estaban heridos y encadenados y aún así, los estaban apedreando y torturando; sólo por diversión, odio, rencor y miedo. Siempre había sido una aldea pacífica; nunca los había visto así. Sabían que esas serían sus últimas horas de vida y yo... no lo soporté. Salí en su defensa y uno de los cazadores salió herido. Me querían obligar a que lo curara, pero me negué a menos que dejaran a los ents capturados en libertad. El gobernador llegó y ordenó encerrarlos en ese momento para ejecutarlos y quiso obligarme a curar al cazador. Cuando me negué de nuevo, me encerraron. La noche que estaba en el bosque huía de los humanos porque acababa de escapar.

La Profecía - Saga Ents I   (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora