Arco 8 Capítulo 64

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-- Señorita Arlett, es hora -- la llamó Electra pero... -- ¿Señorita Arlett?

Arlett se estaba quedando dormida, ya era muy entrada la noche y el sueño le estaba ganando, así que Electra se le acercó y la llamó gentilmente para que despertara, y lo logró, con una Arlett algo dormida y confundida, ya que había estado todo el día en el castillo pensando en lo de la reina y hablando con la pequeña Tsuu.

-- ¿Ya es hora? -- preguntó Arlett confundida.

-- Así es, señorita Arlett, es momento de que usted sea llamada como la nueva princesa de Elderwood.

-- Ya veo, déjame alistarme un momento y vamos.

-- De acuerdo.

Arlett comenzó a llamar a Tsuu, pero ella no estaba, por lo que debía estar con la Reina, así que se alistó rápidamente y salió con Electra al honorable jardín del palacio, en donde al llegar pudo ver a todos los que estaban allí, sí, puedo ver a la Reina enfrente y a su lado izquierdo  estaba la pequeña Tsuu, y por el lado derecho estaba aquel mayordomo que siempre aconsejo a Arlett, en seguida estaban la seis ninfas, contando a Electra que la traía, sí, vio a Diana y luego a Equidna la cual estaba vestida con un traje elegante, pudo ver a Vulkana, la ninfa de los infiernos, la cual era una niña pequeña, vio a Terra, la ninfa de las montañas, y vio a Eirel, ninfa de las nubes, y por ultimo Electra, la ninfa de los truenos, además de que como líder de las ninfas al lado derecho estaba aquella zorro de nueve colas llamada Kaguya, la cual desprendía una belleza capaz de cegar a cualquiera, además de las demás plantas, Dríades y Sylphides, que estaban presentes para presenciar tan honorable llamamiento.

Arlett paso por el frente de todos ellos, con la frente en alto, y se puso justo delante de Rem, la inigualable Reina del Antiguo Bosque.

-- Arlett -- dijo la Reina -- Primero que nada, bienvenida al bosque, se que esta es la primera vez que vienes pero, aun así quiero que veas lo amables que todos han sido al tenerte aquí y aceptarte como una princesa.

-- Bueno yo... la verdad aun sigo algo confundida -- respondió Arlett.

-- Dime ¿Pudiste decidirlo? -- le preguntó la reina -- ¿Te sientes alguien honorable para ser la futura reina de Elderwood?

-- Yo bueno... la verdad es que si lo estuve pensando un poco -- respondía Arlett pensativa -- La verdad es que... yo personalmente... la verdad es que a mi no me interesa ser una reina, ni me interesa ser una princesa, yo solo quiero... poder vivir mi vida y nada mas.

-- Ya veo... bueno eso ya lo sab...

-- Sí, sé que ya lo sabias, después de todo... tu también viviste lo mismo, pero... debes entender que las dos somos muy diferentes.

-- Arlett -- le dijo la reina -- Yo ya te lo había dicho, sabes que algún día estarás aquí, y nada de lo que digas puede cambiarlo, después de todo, es ella la que lo decidió -- le dijo la reina señalando a su lado derecho, donde Arlett volteo a mirar y allí la vio, a una mujer de vestiduras blancas con un sombrerito blanco, y al verla mejor, se pudo dar cuenta de que ella era una alma, sí, un ser que realmente no estaba allí presente.

-- Tu eres... -- decía Arlett reconociendo el haberla visto ya dos veces antes, en sus sueños.

-- Arlett -- le dijo la reina -- Ella es la que decide, y si ella quiere que ocurra entonces ocurrirá, pero tranquila, todo esto es para un propósito que desconocemos y que algún día sabremos, y yo como la Reina de Elderwood, te digo, que tu eres la mejor persona para desempeñar ese papel, después de todo... el hecho de que estés y sigas aquí es una muestra de eso.

Fluggel: Nacida del polvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora