Arco 2:
Un Día en la Biblioteca.
♠♣♠♣♠
.Siguiendo las indicaciones de Sam, Arlett se levantó temprano al día siguiente; el desayuno estaba servido y después de comerlo se dirigió al jardín.
-- Mi querida Elizabeth la naturaleza está feliz de contemplar tu belleza el día de hoy, y me siento honrado de ser testigo de tan resplandeciente acontecimiento.
-- Sam, los elfos tenemos un poco de afinidad con la naturaleza así que no tiene nada de raro, creí que hasta un idiota como tú sabría al menos eso.
A quienes encontró hablando eran Sam y Elizabeth que estaban en la entrada del establo, la sirvienta sostenía dos cubetas de metal; su mirada fría e insensible estaba puesta fijamente en Sam como diciéndole que se largara, por otro lado, el espantapájaros estaba arrodillado en frente de ella de modo que la igualaba en altura.
-- Sí, es cierto, pero de todos modos tu belleza trasciende el día de hoy mi querida Elizabeth.
-- Eso quiere decir que los otros días no me veo bien?
-- No, no me refería a eso es sólo que...
Sam se interrumpió a sí mismo al percatarse de la presencia de Arlett que estaba maravillada -"¿A Sam le gusta Elizabeth?"- pensó.
-- Mmm estoy interrumpiendo algo? -- dijo Arlett cuando la vieron
-- No -- respondió Elizabeth -- Llegas justo a tiempo para ayudarme a ordeñar las vacas.
-- Creí que mi trabajo era sólo ayudar a Sam en la huerta?
-- ¿Sabes ordeñar vacas?
-- Pues sí, pero...
-- Entonces toma esto y no te quejes, entre más cosas hagas tú menos cosas tendré que hacer yo.
Elizabeth le paso una de las cubetas a Arlett que estaba indignada por su actitud, ella parecía alguien diligente y trabajadora, pero en el fondo realmente era alguien perezosa que aprovecharía cualquier oportunidad de hacer que los demás realizaran sus labores.
Arlett miró a Sam como buscando ayuda, pero este estaba mirando sin poder revocar la orden de la sirvienta.
-- Entonces, Sam, ¿ya terminaste de balbucear tus estupideces?
La sirvienta se dirigió hacia el espantapájaros queriendo saber si ya dejaría de hacerla perder más su tiempo.
-- Bueno la verdad quería regalarte esta hermosa flor, ya que tiene el mismo color de tus bellos ojos.
Sam saco una hermosa flor de color violeta con azul, una flor que solo crece en ciertas condiciones; lástima que Elizabeth la miró con indiferencia.
-- Esta flor -- continuó Sam -- Sólo crece en ciertas condiciones muy específicas; así que la cuide, la regué, la aboné y la podé alrededor, para que creciera tan hermosa como el color de tus bellos ojos mi querida Elizabeth.
Los ojos de Elizabeth eran heterocromáticos uno azul y el otro violeta, casi como el color de su cabello que se asemejaba al universo, y aquella flor era del mismo color, sin duda ese era un regalo muy hermoso.
-- Pobrecita, esta flor no pudo crecer de forma natural, sino que tuvo que ser cuidada por un imbécil, eso le resta belleza.
Esas palabras de menosprecio hirieron profundamente a Sam que no pareció demostrarlo, al parecer ya estaba acostumbrado a esa clase de trato por parte de ella.
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Fluggel: Nacida del polvo
Fantasia-"La verdad está en lo profundo del bosque"- La destrucción de su aldea causa un gran cambio en la vida de Arlett quien se ve obligada a huir internándose en el bosque de Foissard (el bosque de los elfos). En su huida es salvada por un misterioso ho...