Arco 5 Capítulo 30

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En la sala de aquel edificio estaban Arlett y Tsuu esperando a Elizabeth la cual llevaba ya dos horas en aquella habitación, y aunque la situación en sí era bastante depresiva, ninguna de las dos podía imaginarse el dolor por el que Elizabeth estaba pasando en ese momento, sí, el haber perdido a Sahra y a Sam en dos días seguidos debió haber sido un duro golpe para el corazón de Elizabeth, y ahora ese pobre corazón debía enfrentar ese dolor.

Aun así, las chicas que estaban esperándola en la sala, se encontraban pensando en aquel anciano con el que habían hablado antes.

-- ¿Me pregunto de verdad quien es ese hombre? -- Pensaba Arlett.

-- Es muy raro, nos conocía a todos, además dijo que era un simple mayordomo -- respondió Tsuu.

-- Sí es extraño, pero lo que me llama la atención es saber quién es su señor, bueno él dijo su señora, pero aun así quisiera saber quién es.

-- Sí a Tsuu también le gustaría conocerla.

-- Mmm aun así gracias a él pude liberar mi Prana, así que creo que es muy sabio.

-- Sí tú lo dices debe ser verdad.

-- Aun así, me pregunto ¿Sí el me conocía desde hace tiempo, tal vez tuvo alguna razón para decirme eso, no?

-- Mmm sí es lógico pensar aquello, y la verdad acabó de recordar algo y tiene que ver con el bosque ancestral.

-- ¡Ah! ¿¡Sí!? Cuenta.

-- La verdad es que....

En aquel momento la figura de Elizabeth salía del pasillo y se les acercaba lentamente y con una mirada inexpresiva, igual a cuando Arlett la conoció, pero lo que más la sorprendió fue verla con los ojos rojos y el rostro aguado, al parecer todo ese tiempo ella había estado llorando en aquella habitación.

-- ¿Por Dios Ely estas bien? -- dijo Arlett acercándose rápidamente.

-- Sí, ya me encuentro mucho mejor -- respondió Elizabeth.

La pequeña Tsuu que veía el encuentro de ellas decidió que lo mejor sería quedarse callada, al fin y al cabo, ella tenía miedo de ser odiada por Arlett, después de todo le ocultó demasiadas cosas e incluso llegó a mentirle en más de una ocasión, y decidió que lo mejor sería esperar, al fin y al cabo, lo que estaba a punto de decir la dejaría como una mentirosa.

-- Qué bueno, al fin ¿Qué vamos a hacer? -- Dijo Arlett.

-- Es algo obvio -- respondió Elizabeth -- Vamos a enterrar a Sahra, al fin y al cabo, ella debe tener un final honorable.

-- ¿De acuerdo, cuando será?

-- Hoy en el atardecer.

-- ¿Hoy mismo? Pensé que sería mañana.

-- Sahra era muy popular y muy conocida así que vendrán también las personas que ella conoció cuando estaba viva, ellos ayudarán con el entierro.

-- De acuerdo, supongo que deberíamos irnos a arreglar.

Elizabeth asintió y las tres chicas salieron del edificio hacia la casa de Jurguen.



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Aquel día había sido algo depresivo y extraño, no sólo por ese hombre que decía ser un mayordomo, sino también por Elizabeth que debía soportar el dolor y la tristeza, aun así, las chicas debían cargar con ese dolor, pero estaban dispuestas a hacerlo.

Aquella tarde, estando a una hora del entierro de Sahra, Arlett ya estaba vestida con su traje verde oscuro, y se encontraba en el balcón de la casa leyendo el libro que Tsuu le dio el día que hablaron del Bosque Ancestral:

Fluggel: Nacida del polvoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora