Capítulo 55

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Hola, hermosas ☺️, les dejo el siguiente capítulo, es un poco largo. Espero lo disfruten y una enorme disculpa por la demora

La aparición de Hagrid en la mesa de los profesores el lunes, no fue recibida con entusiasmo por parte de todos los alumnos. Algunos como Fred, George y Lee Jordan, lo recibieron con entusiasmo y fueron hasta la mesa a estrecharle la enorme mano.

Athena había ido a visitarlo el día anterior, pero no lo había encontrado en su cabaña. Hermione le había puesto al tanto sobre todo lo que Hagrid les dijo la noche del sábado. Sabía que había ido en busca de los gigantes, pero no había tenido un resultado favorable y su rostro lo demostraba, tenía una gran contusión en el ojo izquierdo.

−Te ves mejor –dijo Hermione en un susurro−. Supongo que volvieron hablar...

Athena asintió mientras tomaba un poco de jugo.

−Sí –aclaró Athena−. Digo, no es que haya sido una discusión tan grave –dijo encogiéndose de hombros. Hermione soltó un suspiro aliviada−. No te preocupes, Herm. Confío en él.

El martes, Athena, Harry, Ron y Hermione caminaban apresurados hacia la clase de Cuidados de Criaturas Mágicas. A pesar de no ver a la Suma Inquisidora cuando caminaban por la nieve hacia la cabaña de Hagrid, se sentían preocupados por lo que Hagrid les tenía preparado ese día y sobre todo, el comportamiento del resto de la clase, si los observaba la profesora Umbridge.

Hagrid ya los esperaba al inicio del bosque, éste llevaba sobre el hombro un bulto que parecía la mitad de una vaca muerta.

− ¡Hoy trabajaremos aquí! –anunció alegremente a los alumnos que se les acercaban, señalando con la cabeza los oscuros árboles que tenía a su espalda−. ¡Estaremos un poco más resguardados! Además, ellos prefieren la oscuridad.

– ¿Quién prefiere la oscuridad? –preguntó Malfoy ásperamente hacia sus inútiles amigos, Crabbe y Goyle, con un deje de pánico en su voz–. ¿Quién ha dicho que prefiere la oscuridad? ¿Lo han oído?

Athena roló los ojos, recordó la única vez en la que Draco pisó el bosque; aquella noche, tampoco había mostrado mucha valentía.

– ¿Listos? –preguntó Hagrid con emoción hacia los alumnos–. Muy bien, he preparado una excursión al bosque para los de quinto año. He pensado que sería interesante que observaran a esas criaturas en su hábitat natural. Verán, las criaturas que vamos a estudiar hoy son muy raras, creo que soy el único que ha podido domesticarlas...

Hagrid se dio la media vuelta y a pesar de los murmullos de los Slytherin y algunos Ravenclaw, entró al bosque.

Athena miró hacia sus amigos, les dio una sonrisa y se puso a caminar detrás de Hagrid. Luego a su lado se unieron Hermione, Ron y Harry.

Caminaron unos diez minutos hasta llegar a un sitio donde los arboles estaban tan pegados que no había ninguna gota de nieve en el suelo y parecía que ya había caído la tarde.

Hagrid depositó la media vaca en el suelo, retrocedió y miró hacia los alumnos, la mayoría de los cuales pasaban sigilosamente la mirada de un árbol hacia otro, escudriñando con nerviosismo los alrededores, como si fueran ser atacados en cualquier momento.

–Agrúpense, agrúpense –aconsejó Hagrid–. Bueno, el olor de la carne los atraerá, pero de todos modos voy a llamarlos porque les gusta saber que soy yo.

Hagrid dio un estruendoso grito que resonó entre los oscuros árboles. Pasaron unos minutos, hasta que Harry le dio un pequeño codazo a Athena, mientras señalaba con la cabeza un espacio que había entre los árboles.

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