AL FIN MIA

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Mi vida se fugaba por un beso que yo le daba.

No podía creerlo la mujer que jamás llamo, la que me cerró la puerta, hoy sin pedirle una migaja la dejó abierta.

Se prendía de mi boca como una auténtica loba y con entusiasmado frenesí respondí.

La dibujaba con el pensamiento, imaginando cómo sería por dentro y temblando la abrazaba.

Sin saber lo que iba a suceder, pues su sexo me deseaba y sin pedir una dádiva sus ganas me exploraban.

De manos ágiles cómo víboras en el agua, se encaminaban a cada trozo de mi piel.

Y sentir su lengua deslizarse por mi cuello, cual resbaladilla desde el suelo hasta el cielo.
Hizo que me desmayara con los ojos en lágrimas.

Pues hace años que la extrañaba.

Y al saber que estoy en su interior se escuchó una explosión, imitando un volcán en erupción.

Nos entregamos más allá del límite, que todo ser humano en orgasmos ha tenido.

Parecíamos huracanes, cada uno forzando al otro para ver quién ostentaba más poder.

Y al terminar la amada dos posesos transpiraban sin aliento, amarrados cómo muertos.

Daban las 4:30 de la madrugada satisfecho como un gran León me ergui y eleve el pecho.

Gritando su nombre desperté y para que no se me escapara la tomé del brazo, pero me di cuenta qué apresaba una triste almohada muerta.

León.

Enero 16 2004

Al despertar llore con risa, no podía creerlo fue tan real.

Y aunque se que esta lejos ella vino y tomó mi cuerpo.

Cachitos De Mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora