Frente a tus ojos

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Y ahí estaba yo, sentado frente a ti, besando tu agradable boca, respirando el aroma de tu esencia qué tanto me provoca y los ojos anegados por verte una vez más, por traer luz a mi desolada oscuridad y sin poderlo evitar empezaron a llorar con sentimiento, como si de veras alguien se me hubiera muerto, pero no era así, la angustia en esos momentos me clavaba su espada para ponerse a reír.

Extasiada preguntabas por qué lloraba y de verdad quería saberlo no deseaba estar frente a ti gimiendo, ni es de hombres hacerlo, tú bien sabes que no es mi estilo y no debo ni quiero ser comprendido, pero lamentos escapaban hacia el cielo taciturno de un cementerio, que sí me hubieran oído los difuntos en el suelo de seguro se espantaban y salían huyendo.

Pero guardaste silencio al verme, pues no podías creerlo, cerraste la mirada para no reprenderme y lo agradecí pequeña imagen de mi devoción
¡Claro que sí!
En lo más intimo de mi ser.

Y qué linda fuiste al negarte a tanta caricia que venía a suplicarte, fue mejor así, para no perturbarme.

¿Verdad ojos claros? Profundos de color azafrán.

Sabía que venías a espiarme para ver cuánto me había vuelto más grande y al corroborar lo que temias, extendiste el vuelo y te perdiste en esa noche de ensueño, ahora con dolor amargamente recuerdo el beso fugaz qué diste fríamente sin sentirlo y que no volverá pues fue la despedida qué guardabas en la mente y no miento tú estabas
¡Presente!
¡Estática!
¡Perdida!
¡Ausente!
Ni él corazón me besaste cómo era la costumbre después de tanto tiempo sin querernos.

¡Ya ves porque no deseaba verte!

¡Porque me escondía y los mensajes no respondía!

¡Y en las tardes cuando la oscuridad aparecía!
Yo te daba mi eterna despedida aunque no estuvieras cerca de mi vida.

¿Que desprecias mi estirpe? Sencilla, mundana, indolente, sin ánimos de tenerte y rescatarte del dragón qué te tiene como cliente.
¡Sí lo acepto!
¡No lo hice como debería!
¡Y sabes bien que te quería! Pero hurtar la luz del sol, dejar la luna oscura sin color tener el enojo del Señor por haberte conquistado y entregarte a mi con pasión esa condena no quiero darte, yo sufriría si tuvieras que pagarle.

Bien sabes que no soy dueño de nada que destella o brilla en el cielo y si te di estrellas lamentablemente presumia no contaba con ellas, prestada las tenía todas eran de él y cuando te vayas se las tengo que devolver.

Qué hermoso hubiera sido pasar una tarde contigo en el calor de mi cama diciendome un poema al oído y al niño interior que tengo escondido y mi perro con cara de tierno cuidándonos el sueño, te imaginas qué bella fantasía nació en mi cerebro, tú en mi casa estrujada de cariño profundo, esperando con una sonrisa dulce mi llegada para convertirla en un placentero nido y llegar los dos a lo más alto a lo más divino al recostarte en medio de mi cuerpo en este viejo roble qué lentamente se le caen las hojas y la corteza se hace más vieja pero al besarme sin pasión cómo lo has hecho en esta ocasión, haces que mi alma salga, se revele con furor atrape al rayo, lo venza en tu dorada llama y te hunda en mi amor.

León

27. Febrero. 17. 6:07 pm

Haciendo calor y un mareo que no me deja en paz.

Cachitos De Mi CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora