Cachitos De Mi Corazón

Cuento de Navidad

Es noche buena y de seguro está preparando la cena, a dispuesto en la mesa el mantel de Navidad y relucientes copas de cristal, el vino en la nevera espumoso apunto de volar el corcho.
Al horno el pavo en un momento estará dorado, a lo lejos se oye un villancico arrullando al niño de Belén, el árbol de navidad vestido de mil colores me entusiasma y emociona en realidad, los invitados alabando la reunión que se da una vez al año.
Se siente paz, el gran Mesías está por llegar.
Todos bailan y cantan Pero ¿Quién se fija en la dueña de la casa?
Que está vestida con los atuendos de una hermosa reina sencillos y por demás los mismos, sus labios color azafrán me inquietan de sólo pensar.
Su porte me transporta el castillo de los reyes y magos que muestran a sus princesas en la corte para ser elegidas como consortes.
Es linda, delicada y da amor como nadie en esta vida y su imagen la eleva más allá de las Monarcas.
Es así de bella que me pierdo en ella, imaginando tanta fantasía, pero nadie piensa en su latido inquieto solo su pensamiento está atento a las doce campanadas, dónde elevará su copa pletórica de tristeza, recordando algún lugar lejano, alguien también está brindando por sus hermosos ojos, por su blonda cabellera, por ser noble, amorosa, sincera.
Y atento el, a mandado una delicada huella un sello en forma de beso en medio de su pecho.
Se encuentra enamorada y en la última campanada estarán unidos por un segundo, bajo el cielo impávido de este mundo.
¡Y una vez más quién se fija en ella!
Cuando entorna los ojos y ve caer una estrella angelicalmente deja un suspiro que de pronto se convierte en quejido y una gota de sus ojos lentamente se inclina al centro de su copa la eleva y de un solo golpe la saborea en su boca, de pronto los dos enamorados se encuentran en el cosmos, abrazándose con desesperación ferviente, rompiendo las leyes de lo físico y real en un instante también festejan juntos y con el llanto en los ojos la reina le suplica;
¡Antes de que todo desaparezca!
¡Y despierte de este sueño que me gusta!
¡Llévame lejos a lo profundo del universo a vivir la vida qué tanto prometiste!
¡Anda cariño ya quiero estar contigo!
¡No me dejes regresar que la vida me va a acabar!
¡Un segundo no es nada y ya siento que me llaman!

Como dos fantasmas temblando de angustia lentamente se deshacen y queda una pequeña luz de amor flotando en el aire y enseguida desaparece dejando una lágrima salada y de pronto es congelada en la hojarasca quebradiza de esta noche que se da prisa, en perderse en la neblina en una fina y diminuta brisa y como fondo una melodía recordando la amargura de Noche de paz.

Y en lo alto el lucero de Jesús se prende por completo festejando ese gran momento.

Feliz Navidad Yellow

León

24 dic 15 10:30 am
Mañana triste