CAPÍTULO 9

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Quieres lo que todo mundo quiere y no tiene, un amor que te consuma, quieres pasión, aventura e incluso un poco de peligro.

Quieres lo que todo mundo quiere y no tiene, un amor que te consuma, quieres pasión, aventura e incluso un poco de peligro

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Kenna Bianchi:

—¡Kenna! —gritan.

Abro un ojo mientras tomo rápidamente mi arma y apunto a la puerta. Para mi desgracia es la rubia.

Maldito susto.

—Joder Fallon — me halo de los cabellos dejando el arma en su sitio. —Pude haber disparado. ¿Los niños están bien?.

Inspecciono su vestimenta. Traje verde de dos piezas que se ciñe perfectamente a su cuerpo, tacones blancos en punta, maquillaje sofisticado y perfume de marca. Entre cierro mis ojos.

—Nada que ver. Ellos están durmiendo como unos angelitos — sonríe tiernamente para luego cambiar a una mueca desagradable —Mira por la ventana.

La observo incrédula anudando la bata de dormir. Hace un ademán para que continúe así que lo hago con cuidado. Fallon a veces creía que hacer bromas pesadas estaba bien, ello entraba desde elaborar una bomba con polvo pica pica a hacerte un cambio de look radical mientras descansabas.

Tomo las manijas de las largas ventanas y salgo al pequeño balcón. Inmediatamente todo pensamiento se me borra de la mente, las palabras se me atascan y los ojos pican. Me había quedado estática por la imagen ante mis ojos.

¿Esto era real?

—¿Qué significa esto? —me atrevo a hablar después de unos minutos.

—Significa: Discúlpame por haber sido un total hijo de puta ayer contigo — se relamen los labios mientras avanza hasta quedar casi a la misma distancia del ambiente exterior en el que me encontraba.

Retengo una sonrisa ante mi siguiente pensamiento.

—No te pareces en absoluto a Romeo, ¿Pretendes también subir por mi balcón?

Alza una de sus cejas mientras esconde sus manos en su pantalón deportivo de color negro.

—No, no pretendo subir por el balcón. Y tú tampoco eres una Julieta, en definitiva — espeta serio.

Chasqueo la lengua y no digo nada más. No sabía como actuar frente a semejante acto. Kenneth en medio de un jardín con solo jazmines sureños. Eran al rededor de diez hectáreas de terreno, había incluso hasta rellenado la pista que bordeaba a la pileta.

—Ayer cuando dijiste que lo tenías todo, te equivocaste. — coloco atención— Sé que tienes un hermoso y majestuoso jardín como también un laberinto de lo que tú piensas que son jazmines sureños pero investigue un poco con el jardinero que creo Gianna contrato. Son otro tipo de flores, más no las que a ti te gustan.

Ladeo la cabeza.

—Creo que debo despedirlo, me ha estafado — intervengo.

—No lo creo. Él me ayudo a conseguir 50 mil jazmines sureños en menos de dos horas y luego organizarlos en tu entrada.

EL TRONO © #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora