Mientras unas leyendas caen, otras nacen.
Desconocido 2:
Estar atada de pies por alrededor de doce horas, es casi imposible. Excepto por el hecho claro, que se trata de mí.
Alessia Clark.
La única malnacida que pudo manejar al centauro de Marcello a su antojo y la que se sentó en su tumba a llorarle por días después de haberle propiciado su muerte.
Yo me casé por amor, pero lo terminé por venganza.
Mi difunto esposo y que espero no descanse en paz, fue nada más ni nada menos que el Capo de la mafia negra, el hombre con mayor codicia para el público femenino. Marcello fue un hombre guapo, inteligente y un déspota en la cama.
¿Quién no querría un hombre con semejantes recursos?
Casi después de dos años y pico de meses de relación, nuestro compromiso fue lo más sonado dentro de Italia durante semanas. Una mujer por fin había logrado ponerle correa al animal que los lideraba y no era cualquier mujer, ella era la hija del único clan que nunca se apegó a las normas de la Cosa Nostra y mucho menos a las del Pentágono.
Los Clark siempre fuimos un pedazo necio de mierda que se negaba a recibir la ayuda de los demás, un par de cabezotas que aunque lo conformaran solamente ancianos y tres jóvenes, sabían lo que hacían.
La única estúpida fui yo al creer que la propuesta del gran Capo podría librarme de un matrimonio asqueroso con un vejestorio.
Consideré a Marcello como un ángel, las veces que lo veía en ciertas festividades del submundo siempre me parecía atractivo. Desde la manera en la que imponía con su presencia, hasta la mirada grisácea y los labios rojos que besaban a cuánta mujer se le pusiera enfrente.
Pero bien dicen que lo dañino siempre viene en un empaque delicado.
Meses después de mi matrimonio todo se convirtió en un día a día de peleas, reclamos, golpes y hasta violaciones. Todo lo que mostrábamos en público era totalmente distinto a lo que vivíamos en las cuatro paredes de nuestra habitación.
El amor por ese hombre se me acabó en la primera vez que me levantó la mano y no pude defenderme por estar haciendo lo mismo con mi barriga de seis meses. Mi pequeña Gianna era toda una luchadora desde mi útero.
El libro de la biblia, las iglesias y los enviados de Dios nos venden el falso cuento de que el matrimonio siempre es símbolo de unión por amor, de complicidad y de fidelidad.
Lamentablemente, el mío solo significaba ganancias para el Capo y la rendición de mi clan.
-¿La asesinaste? ¿En dónde escondiste el cuerpo?
Ruedo los ojos ocasionando que mechones de mi rubio cabello maltratado, se cuelen en ellos. Pica.
-¡Habla!
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EL TRONO © #3
Mystery / ThrillerANTERIOR TÍTULO: DARK QUEEN Ya no me basta solo con recordarla. Ya no me basta solo con poseer su cuerpo solo por momentos. Quiero algo más. Aunque intenta resistirse, jamás renunciaré a ella. Jamás la dejaré ir. Nada nos separará. Ni ella. Ni nuest...