EXTRA - RECOMPENSA

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Ateo pero siempre de rodillas ante mí.

Ateo pero siempre de rodillas ante mí

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Theo Benedetto:

—Inyéctaselo — ordeno llevando mis manos a mi espalda baja entrelazándolas.

El campesino me observa con una negación absoluta. Idiota porque si él no lo hacía, lo haría yo y de una forma mucho más retorcida.

—Como gustes. —recibo la jeringa ya preparada de alguno de los guardias. Le retiro su calzado y ubico la arteria tibial posterior, una mala jugada y pierde el movimiento.

El líquido era un nuevo suero, uno que mi padre no pudo terminar y que yo decidí retomar para reforzarlo. Los rumores sobre mi familia eran ciertos, nos gustaba volver locas a nuestras presas. La peor desdicha para seres infernales como nosotros, hijos de lucifer y condenados al desamor; era siempre ser malditamente irresistibles, pero pese a ello como todo adicto siempre queríamos más.

Sumisión y adoración total.

La mujer comienza a removerse poco a poco haciendo que la ilusión por fin llegue, pero manda a la mierda todo cuando empieza a convulsionar.

—Mátenla.

Hastiado me doy vuelta y dejo un poco de dinero en la mesa central en recompensa de la perdida. Subo al coche y este se coloca en movimiento.

Ibiza no estaba resultando ser tan divertido después de todo, no desde que la vi aquella noche en el club. Cada vez que pensaba en eso la sangre se dirigía a la parte sur de mi cuerpo engrosando mi pene, acción que permanecía hasta que me quede noqueado por el dolor.

—Reporte — pido a través del teléfono.

—Ya se dio cuenta de que la tumba esta vacía, mando a analizar todo. Las cosas por aquí están de locos, casi se mata con Kenneth en la mañana y ahora está encerrada dándole de golpes a Akram y no dudo que le siga la pelirroja.

Sus palabras me dibujan una sonrisa en el rostro. Subestime su astucia, pensé que eso tardaría un poco más; me gustaba trabajar bajo presión y sin duda su movimiento me daba ello.

—No falsees nada, que sola se dé cuenta de que Carlo le ha mentido.

Jadea. Ruedo los ojos llevando el cigarro a mi boca.

—¿La loca si está viva?

—Eso parece Santino, eso parece... — le cuelgo sembrándole la duda.

Hoy la reina dio un movimiento mientras que el tigre blanco la acechaba desde las sombras, venerándola y aplaudiéndole sus desastres. Alimentando su monstruo, haciéndolo más sediento, más necesitado de él.

Mientras que la bestia solo se movía furioso como un gato enjaulado. La hora se estaba acercando.

Tic tac tic tac ...

Kenna Bianchi.

—¿Me vas a decir lo que sabes del pentágono si o no? —exhalo — No tengo tu tiempo árabe, ya no me estás sirviendo de nada así que si cooperas tal vez, solo tal vez apriete más rápido el gatillo. Mira que las locas que están detrás de esa puerta antes quieren encargarse de separar tu piel de la carne. — le señalo.

Me escupe las botas antes de volver a mirarme y transmitirme la clásica lástima. Ahora ya no se veía para nada atractivo, ni lucia como un maldito ser sobrenatural. Su estado era completamente deplorable, poco estético y con demasiada sangre seca.

—Lo único que se es que son los únicos malditos hijos de puta a los que nunca llegaras.

Tanteo la cabeza y le lanzo otro balde de vodka en las heridas abiertas pero cocidas con la grapadora.

—¿Por qué tienes que subestimar todo lo que hago? — le susurro —Sé que son tres hermanos, el patriarca ha muerto y que su residencia es uno de los países que tengo bajo mi completa merced.

Me sonríe con más incredulidad.

—¿Sabes como le decían a la cabeza de esa organización?

Asiento.

—Cronos.

—Eres bonita pero inteligente. Deduce tu misma a quien te estás enfrentando, el padre no esta pero no sé si hayas escuchado que los hijos tienden a ser peores que los padres. El karma de los Benedetto es que nunca se enamoran, se obsesionan y eso solo ocurre con lo exótico. Su manera de amar es más allá de lo prohibido, es asqueante y asfixiante, ellos no te dan rosas, solo jeringas con sueros mortales. Experimentan contigo hasta doblegarte.

—Lo sé y es por eso que me interesa.— hago un falso mohín — Se me ha antojado pertenecer a alguien que se le costara morir. Quiero alguien que me dure y me someta, que me trate como lo que soy y que olvide que tan manchadas están mis manos. Alguien que me defienda de mi misma cuando las luciérnagas de Beatrice me atrapen.

Aprieto mis uñas en las palmas de mis manos sin que él lo vea. Había terminado aquí. Jalo el gatillo y el cuerpo del árabe cae inerte al piso de paja después del chillido de la puerta.

Observo de soslayo. Era Kenneth.

Me observa desde la punta de los pies hasta el último cabello de mi cabeza, no sabía que hora era, me la pase todo el día aquí golpeando cualquier cosa tratando de cansarme para poder dormir aunque sea algunas horas pero hasta el momento no lo he logrado. Jamás lograría descansar como solía hacerlo a su lado.

—No fuiste al comedor en el desayuno ni en el almuerzo y me dijeron que tampoco pediste algo. —me mira mal mientras avanza con una bandeja — Come.

—No tengo hambre —el rostro me vuelve a picar así que me lo rasco manchándome de sangre el rostro, sus ojos viajan hasta allí. —Puedes cerrar la puerta cuando te vayas.

Me giro tomando unas pinzas para ir por la pelirroja, faltaban horas aun para el baile así que no tenía problemas. Siento su calor más cerca por lo que me apuro aunque me toma del brazo antes de que pueda dar otro paso, me apega a su pecho y me recoge el cabello a un lado. Trago grueso y por instinto cierro los ojos cuando su familiar olor me embriaga.

Por favor, come, Kenna...

Suelta las palabras atravesando dagas en mi pecho. Tenía una inmensurable necesidad de hacerle recordar que él, por ser quien era, por tener el linaje que tenía y por venir de la familia de la que provenía; esas palabras jamás debían salir de su boca... Ni hoy ni nunca.

Corto pero necesario, las personitas que es están en el grupo de WhatsApp ya saben a lo que me refiero, desde ya les digo que lo que viene me está lastimando con solo imaginarlo

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Corto pero necesario, las personitas que es están en el grupo de WhatsApp ya saben a lo que me refiero, desde ya les digo que lo que viene me está lastimando con solo imaginarlo....

EL TRONO © #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora