EPÍLOGO

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Juego ganado.

Kenneth Al Capone

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Kenneth Al Capone.

Son exactamente las tres de la madrugada y Kenna me ha sacado de la cama únicamente por un maldito antojo, se lo negué, pero estuvo a nada de llorarme y la verdad detestaba más aquello que lo que mis ojos ahora presencian.

Ambos seguíamos con la pijama puesta, alcance solo a colocarme una playera blanca, pantalones chándal y el reloj; mi mujer, por otro lado, se movió tan rápido como para vestir con su bata de seda negra, arreglarse el cabello y salir intacta.

Me recuesto a una de las vigas de las mazmorras admirando lo sexy que se ve, el embarazo aumentó la talla de sus pechos y definió aún más las curvas que poseía. Una bestia con ganas de Anticristo, eso era lo definía mi situación en estos momentos.

Kenna cruza sus piernas cuál buda torturando a Anastasia y Carlo. Han pasado dos meses desde que hicimos volar la camioneta con el niño dentro, desde que supimos el sexo de los mellizos, como también desde que ella dijo que me amaba, para después besarme con el odio a flor de piel.

-¡Perra! -grita la rusa mayor.

-Una que ladra y muerde -me mira-. Cariño, podrías alcanzarme el destornillador de allá.

Ruedo los ojos por la voz melosa. Tomo lo que me ha pedido y se lo alcanzo.

-¡Te arrepentirás, él te traicionará y luego te dejará sin nada! -Carlo ruge escupiendo sangre- ¡El plan era quedarse con todo, no parirle dos hijos!

-Ese era tu plan, uno mediocre por cierto -responde molesta mientras le clava la herramienta, estaba molesta-. El mío era seguirles el juego, dejarlos abrirme el paso, asesinarlos y quedarme con todo, astuto ¿No crees?

-Demasiado -señalo pasando mi mano por el trozo de piel descubierto, la suavidad me hace salivar.

-¿Qué...?

-Hay por favor, críate con locos y serás uno. Era demasiado perfecto tu cuento de madre sacrificada como para creerte, no soy tonta y mis hermanos tampoco ¿Por qué crees que nunca "te encontraron"?, todo era parte del plan, nuestro propio plan.

Los rostros de ambos se les desencajan y es que era totalmente normal, sin embargo, yo ya estaba más que acostumbrado a las repentinas revelaciones de Clyte. Un día podría decirme que Nas no es mi hijo, pero que lo hizo pasar de esa manera porque quiso; como al día siguiente revelar que Kali es producto de una alucinación de todos, y lo peor es que se lo creería.

Ella es capaz de todo por conseguir lo que desea. Juega con tu mente de tal manera que te cagas, la hace añicos al instante para luego reírse en tu cara.

Suspiro mientras niego ante el pensamiento.

-Tengo sueño -molesto.

-Aguántate.

EL TRONO © #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora