Le di mi poder como mayor acto de amor.
Kenneth Al Capone.
-3...2...1... ¡Ya!
La montaña bajo mis pies empieza a sacudirse por la dinamita siendo explotada. El polvo sale disparado terminando por ahogar a todos, algunos retroceden, como otros, se aferran a sus fusiles listos para cualquier situación.
El helicóptero que sobrevuela el panorama destructivo que acabo de montar, se menea por alguna turbulencia. Observo la parte baja y el polvo ha disminuido.
Me demandó demasiado tiempo para poder encontrar alguna ubicación exacta, sin embargo, hoy que desperté junto a los niños en mi habitación, me inspiré. Lo primero que hice en el día fue ir al subterráneo y trabajar en la mesa inteligente de mi esposa.
Poco a poco fui eliminando sitios, busqué zonas desiertas y poco afluentes al tránsito vehicular y personal, con atajos desde el castillo, que contenga pocos sistemas de seguridad o de una baja calidad. Lugares que sean lo suficientemente extensos como para cubrir toda una base central, encontramos algunas y desde entonces no hemos parado. Este es el quinto sitio que visitamos, pero el que más me agrada, porque hemos conseguido dar con ellos.
Lo corroboro cuando la linterna verde de Elio se enciende desde la parte baja.
Así que sí, hice volar una montaña entera sin miedo a represalias con tal de poder mermar mi ansiedad. La detesto, pero es momento de aceptarla.
-¿Observan algo? -Fallon pregunta.
-Uhmm...
-Solo algo de polvo y a los hombres terminando de derretir el hoyo.
Reviso que mi arma esté cargada y cubro mis manos por guantes negros de cuero. Cuelgo una tira de granadas sobre mi pecho, sonrío cuando noto una justo encima de mi órgano vital; podría fallecer si alguno de los seguros se salieran.
-Tiren las cuerdas y recuerden sus objetivos -recito mientras abro el maletín con mi huella digital-. Están contados por lo que les pido prudencia al momento de abrir el frasco, es únicamente para momentos de emergencia.
Tomo el mío, lo meto en el bolsillo de mi chaleco. Verifico una vez más mis municiones y me tiro sin apartar mi ojo del visor y mi mano de la cuerda. La primera en seguirme es Annalise, Fallon, Wren, Foster, Adams, Max, y por último, Malak y Malek.
Sí, los gemelos Bianchi también estaban haciendo acto de presencia, sin embargo, desde que descendieron de su jet no han soltado su veneno clásico y eso empezaba a joderme. Sé que son como su hermana mayor, algo callan, algo planean.
Malditos hijos de la misma perra y del mismo animal. Jodida suerte.
Los rasgos de sus padres les han favorecido con el paso del tiempo, pueden ser menores que mi esposa, pero eso no les restaba la manera tan sádica de su pensar o actuar.
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EL TRONO © #3
Mystery / ThrillerANTERIOR TÍTULO: DARK QUEEN Ya no me basta solo con recordarla. Ya no me basta solo con poseer su cuerpo solo por momentos. Quiero algo más. Aunque intenta resistirse, jamás renunciaré a ella. Jamás la dejaré ir. Nada nos separará. Ni ella. Ni nuest...