La detective desaparece: La pista negra
Ya había pasado un tiempo desde que las cosas entre Shinichi y ___, se habían arreglado, se texteaban seguido y de vez en cuando se llamaban, más si a la detective le había ocurrido algún caso; aunque eso muchas veces el encogido ya lo sabía, porque había participado en algunos de ellos como su contraparte Edogawa Conan.
Estuvieron envueltos en casos, donde aún el encogido no encontraba pista alguna para desenmascarar a la organización que le había causado el ocultar la verdad a sus seres queridos; aunque sus padres, Hattori Heiji -quien ahora era su mejor amigo- y el profesor Agasa sabían la verdad sobre el detective adolescente, él no quería exponer al mismo riesgo a sus amigas, mucho menos a aquella que lo hacía sonrojar y le robaba la mirada. Shinichi estaba agotado de no poder ser él realmente estos largos y tormentosos meses donde ha sido el infante escondido tras el inmenso peso de las gafas que ocultaban su verdadero yo.
—Es la tercera vez que te escucho suspirar —comenta con algo de intriga, el aclamado detective del oeste—, si la extrañas ve por ella Kudou-kun —se acerca a él para codear juguetonamente al encogido, por referirse a la chica que le gustaba.
— ¡No es eso! —espeta sonrojado hacía su amigo—, no estaba pensando en ___.
—Yo no dije su nombre —el chico moreno se aguantaba las ganas de reír al ver a su amigo colocarse nervioso mientras adquiría un llamativo color rojo en sus mejillas.
—Yo estaba pensando en la organización —comenta tomando un nuevo sorbo a su taza de café, enseguida el adolescente tomo el peso de las palabras del encogido y el ambiente se tornó serio en milésima de segundo—. Han pasado meses que no tengo pista alguna de ellos y no quiero que esos meses se conviertan en años... No quiero perder mi vida.
El comedor de la sala del profesor se encontraba en silencio, Shinichi sentía su corazón palpitar con fuerza, y como sus orejas tomaban temperatura, el suponía que se le veían rojas tanto como su cara hace algunos instantes, sus ojos se empezaron a cristalizar, pero él no lloraría, no ahora. Tomo una bocanada de aire y la contuvo unos segundos, los suficientes para dejar de sentir esas tremendas ganas de llorar que invadían su espacio, él era alguien fuerte y capaz de muchas cosas, pero el sentirse limitado, en muchos aspectos le estaban agotando rápidamente la paciencia y sobre todo el tiempo. Vio el rostro de su amigo, quien aún no había cambiado de expresión.
—Encontraremos más pistas, y claramente cerraremos el caso, te lo prometo —trato de alentar a su amigo de casos y misterios, el moreno le dio una probada a su taza de café, que estaba descansando sobre la isla de la cocina hace un rato, dejando una mueca chistosa después del sorbo—, esta frio.
La puerta de entrada se escuchó crujir, ambos detectives miraron a la dirección de esta, viendo como el profesor entraba con unas bolsas de papel, junto a la encogida científica detrás de él, quien llevaba el resto de las compras.
— ¿Cuánto tiempo Hattori-kun? —dice dirigiéndose al mesón donde se encontraban los adolescentes conversando, para poder dejar las compras en donde estaban los jóvenes tuvo que maniobrar las bolsas para que no se cayeran al suelo, mientras recibía una contestación del chico, Shinichi estaba ahí desde temprano, fue quien recibió al chico de Osaka, claramente se quedaría en la casa del inventor como estancia provisoria.
El almuerzo estaba transcurriendo con normalidad, el adulto le gustaba tener la compañía de los detectives de secundaria.
—Ahora que lo pienso —dice el chico moreno masticando un trozo de su almuerzo —, ¿dónde está ___? —el detective a pesar de ser muy hábil e inteligente era algo despistado en cosas que no estuvieran relacionadas con casos y misterios.
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Amor a unos centímetros de distancia
Fanfiction❤️ Las distancias pueden acortarse, pero el joven Shinichi tiene un problema mucho mayor, no puede revelar su identidad. El amor solo esta a unos centímetros de distancia, pero es completamente inalcanzable. ¿Podrá recuperar su verdadero cuerpo para...