Iridiscencia
El estruendo de los vidrios romperse sobresalto a las personas en la sala de estar de la residencia Agasa. Kaito había dejado caer unos vasos, la mirada cansada del amo de casa llegó hasta él.
— ¡Mierda! —exclamó, mientras recogía los fragmentos del piso de madera. Se veía nervioso y exaltado—, lo siento profesor.
— No te preocupes —dijo en voz baja, mientras que los presentes ayudaban a recoger y ordenar el pequeño caos.
Han estado ya casi tres días buscando pistas sobre la detective adolescente, con ayuda de la policía metropolitana. Los detectives del este y oeste ayudaron a llevar las cosas a la cocina de nuevo.
Kaito le dio una última mirada a las personas que se encontraban en la sala de estar. Los detectives Takagi y Sato, discutían con las amigas de la chica, Chiba y Shiratori estaban organizando a los demás agentes, mientras que el inspector Megure conversaba algunas cosas con el padre de la detective juvenil.
— ¿Estas bien? —la voz de Shinichi sonó preocupada.
— ¡Sí! —dijo alegre el chico—, ¿por qué lo dices?
— Tus manos tiemblan —dijo Heiji posicionando una mano en el hombro del mago, preocupado. El chico soltó el vaso que tenia en la mano, estaba roto en la parte de arriba.
— ¿Qué ocultas? —la voz de Ai hizo que todos los demás guardaran silencio, fijándose en el mago.
— ¿Ocultar algo? —dijo extrañado, soltó una pequeña risa nerviosa por la acusación—, no oculto nada.
— Mientes —se cruzó de brazos, Haibara estaba posicionada a la mitad del salón de concepto abierto. Su afilada mirada se volvió a posar en los ojos violetas del chico—, sabes algo. Has actuado raro estos días.
— No te entiendo.
— No mientas, la que esta afuera perdida es mi hermana.
— Y también estoy preocupado, la quiero lo suficiente como para estarlo —contraatacó, algo raro de parte de Kuroba.
— ¡No es un juego! —se acercó peligrosamente hacia él.
— ¡Deberíamos calmarnos! —Ran se aproximó hacia la encogida, agachándose a su altura, para sostener los hombros de la fémina.
— Deberías calmarte Haibara-san —dijo Conan, acercándose a ella, también.
— ¿No lo ven? —lo apuntó acusatoriamente—, esta nervioso, no habla, no ha hecho ninguna de sus estúpidas bromas. Si sabes algo dilo ahora.
Kaito tenia la espalda contra la pared. Él había colocado un dispositivo de rastreo en el reloj de la chica, pero este fue dejado en su habitación, entremedio de las sábanas. Fue lo primero que reviso al saber de la desaparición de la detective.
Lo que más nervioso lo tenia era que la chica estaba buscando una solución a su problema, a pandora. Sola.
Y él era el único que tenia una idea de lo que estaba averiguando, y del peligro que eso significaba.
Pero, si lo decía, arriesgaría su identidad y todo el plan de su amiga se iría por la borda.
— Si supiera donde esta, de verdad iría a buscarla y la traería de vuelta —la voz de Kaito sonó quebrada, pero aun así su rostro no representaba el dolor de su alma—. Daría todo por ser yo el que este en su lugar.
Los ojos de Haibara se llenaron de lágrimas, sollozó en el hombro de Ran.
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Amor a unos centímetros de distancia
Fanfiction❤️ Las distancias pueden acortarse, pero el joven Shinichi tiene un problema mucho mayor, no puede revelar su identidad. El amor solo esta a unos centímetros de distancia, pero es completamente inalcanzable. ¿Podrá recuperar su verdadero cuerpo para...