Mentira
Ella sabía que él era Kudo Shinichi.
El pánico estaba invadiendo el espacio de Conan.
Las consecuencias de los actos del joven detective estaban aflorando con tal rapidez que no sabía cómo frenarlas. Nuevamente, se encontraba en el principio de su problema.
Todos los meses en los que ocultó su secreto se fueron a la basura. Sintió como su cuerpo se helaba, como si hubiesen vertido un balde de agua helada sobre su cabeza. Rememoró todas las veces en las que estuvo a punto de revelarle la verdad a ___.
Definitivamente, no era como se lo había imaginado. Shinichi sabía que, con este error, él no podría seguir ocultándole la verdad a su mejor amiga.
"He estado soñando mucho, acerca de que tú de repente desaparecías... Hay demasiadas opciones en este mundo y a veces me pierdo, incapaz de elegir."
Si él se separaba de sus brazos, estaría perdido. Perdería a las personas que más amaba en este mundo, sus amigos, al profesor Agasa, a sus padres, a ___.
El cuerpo del muchacho estaba fallando, sus piernas y brazos temblaban, quería escapar de esta situación. Cada célula de su cuerpo estaba entumecida y su llanto no cesaba.
Disimuladamente, subió su cabeza lo suficiente para mirar a los ojos al hombre de bigote. Con la mirada cansada y sus ojos escocidos, luchó por descifrar que eran lo que querían decirle. El hombre mayor pedía a gritos silenciosos que el menor no dijera nada, que buscara otra excusa, Hiroshi estaba dispuesto a intervenir por el bien de su hija.
—No se va a atrever —soltó la encogida hostilmente en un susurro, quien estaba al lado del profesor, aun con los brazos cruzados. Trató de llamar la atención del encogido, pero él tenía su mirada perdida en el hombre.
Conan aún algo trémulo, soltó el agarre que mantenía con la chica. Se talló los ojos y vio a los presentes con algo de temor, se había dejado llevar, pero... su corazón ya no aguantaba.
"Los días que no podemos encontrarnos intensifican nuestro amor"
—___ —lloriqueó. La voz apagada y la falta de brillo en los ojos del muchacho encogido, era una escena triste.
—Lo siento —con una pequeña caricia acomodo el cabello del encogido, seguida de otra para secar el camino de lágrimas. El chico estaba confundido por las palabras de la chica. Era él quien debía disculparse.
En el fondo, Heiji y Kaito se estaban debatiendo en cómo solucionar todo esto.
— ¿Y si me hago pasar por él? —le susurró al chico moreno al oído.
—Imposible —murmuró.
—Nada lo es.
—Notará tu ausencia —el enfado mosqueó a Heiji.
—Él ya lo dijo —replicó. "No quiero verla llorar nunca más, incluso si eso significa estar fuera de su corazón" se repitió en su cabeza, como una daga—. Solo confía.
Kaito se peinó rápidamente el cabello, así adoptan la versión adulta de Shinichi. Se escondió tras Heiji y se cambió de ropa, bajo la mirada del detective de Osaka.
—No seas mirón —susurró burlesco el mago, Heiji se giró avergonzado. En un rápido movimiento era a simple vista Kudo Shinichi, el mago tecleó un rápido mensaje en su celular.
Cerró la puerta de entrada tras él con sigilo, después de dejar a entrar a Jii, vestido como él. Heiji arrugo el ceño, confundido. Ambos en silencio caminaron hacia la sala de estar donde estaban los presentes, a espaldas de Conan se encontraba Heiji y Kaito mirándolos en silencio. Shinichi se quitó las gafas y volvió a tallarse los ojos, arrancando las lágrimas que seguían cayendo.
"Los días de llanto se convertirán en historias divertidas también"
—Yo —hipó Conan. Tenía un nuevo nudo en su garganta, y le temblaba la mandíbula.
Los ojos grises de la detective lo miraron, esperaba que la disculpara por sus actos. La puerta de entrada sonó estrepitosamente, todos se giraron en dirección a la entrada.
— ¡Profesor! —los ojos de la chica se abrieron en sorpresa, mostrando anhelo—, lo he llamado toda la tarde.
La sorpresa reinaba en los rostros de todos, el chico entro mostrando su teléfono celular con fastidio, el encogido quedó estático, no entendía que sucedía, ni el porqué lo estaba ayudando a mantener su secreto.
—Shinichi... —musitó la chica.
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El tenso ambiente se había calmado un poco con la llegada del detective de secundaria, quien se encontraba en el patio trasero de la casa del inventor con la detective adolescente, en silencio.
Conan miró con recelo la escena, y se giró en dirección a su mejor amigo.
— ¿Quién se está haciendo pasar por mí? —le pregunto dándole un sorbo a su vaso de agua.
—Deberías de agradecérselo —dice despeinándolo—. Es Kaito.
Lo miro confundido. Eso significaba que el mago, quien estaba al otro lado del moreno, era un completo desconocido, un muy buen truco.
— ¿Y él? —apuntó con el mentón al mago. Heiji miro a ambos intermitentemente, a Kaito, quien ahora era Shinichi y a Kaito, un desconocido. Sonrió con esfuerzo.
— ¿Jii, no es así? —el hombre asintió—. Él nos trajo hasta acá en coche.
El encogido asintió en agradecimiento en dirección al hombre disfrazado, volvió a mirar por el ventanal, ambos adolescentes se miraban fijamente, sin decir palabras, no sabía si el mago lo había salvado o solo estaba ayudando a cavar cada vez más profunda su tumba.
De un momento a otro, el adolescente que se estaba haciendo pasar por él, tomo las manos de la chica con delicadeza, para susurrarle algo al oído y luego marcharse. La chica lo miró irse, sus labios se volvieron una línea recta y fijo su mirada esta vez al ventanal en dirección al niño, ___ se agachó a la altura del pequeño y extendió sus brazos, Conan no dudo en volver a refugiarse en su amiga.
—Lo siento —dice al tenerlo en sus brazos y cargarlo—. No debí dudar de ti Conan-kun.
— ¿Qué te dijo Shinichi-niichan? —dijo sin despegar su cuerpo de ___. Su corazón di un vuelco, se sentía culpable.
—Que ya volvería —dice acariciando la melena del pequeño.
Shinichi no quería seguir con mentiras, se le apretó el corazón. No quería que lo suplantaran, no quería seguir rompiendo el corazón a quien tanto amaba.
"Si aumento el número de las rutas de escape, quedaré innecesariamente atrapado en laberintos, incluso si el solitario camino continúa, nuestra confianza y amor nos ayudarán hasta que alcancemos ese tierno lugar que nos prometimos"
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—Shinichi... —la voz del profesor llamó su atención, el chico de gafas lo miró, expectante de sus palabras—. Lo siento.
—Creo que no te entiendo —los ojos del menor buscaron los del adulto. Ya todos estaban dormidos, se habían quedado en la casa del profesor, Kaito había vuelvo a su aspecto anterior después de un rato
—Yo no quiero que mi hija salga lastimada de todo esto —aquellos ojos azules brillaron con tristeza—. Y si eso significa el que tenga que seguir mintiéndole, dalo por seguro que lo haré.
—Eso es lo que quiero dejar de hacer —dice el chico cruzándose de brazos—. Quiero dejar de mentirle a ella, a los chicos —su mirada se desvió hacia los infantes que dormían en la sala, junto a los otros adolescentes—. Encontraré a esa investigación y me desharé de cada uno de ellos.
—Lo sé, y te he ayudado durante meses —los ojos del adulto se cristalizaron—. Ya no quiero que vuelva a sufrir de nuevo por mentiras.
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Recuerden comentar, los leo.
Los ama hasta el infinito KAI-KUN 💮 【怪】🤍
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Amor a unos centímetros de distancia
Fanfiction❤️ Las distancias pueden acortarse, pero el joven Shinichi tiene un problema mucho mayor, no puede revelar su identidad. El amor solo esta a unos centímetros de distancia, pero es completamente inalcanzable. ¿Podrá recuperar su verdadero cuerpo para...