Capítulo Veintiséis

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Latidos

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— ¿Es por aquí? —___ se frenó para tomar aire y mirar a Chris. La rubia asistió.

— Estamos cerca —dice deteniéndose a su lado, cruzando sus brazos bajo su busto—. ¿Quieres descansar?

La adolescente asintió, si su cuerpo estuviese en las condiciones de siempre, no tendrían que hacer pausas para descansar.

— A unos veinte kilómetros hay una estación de servicio —dijo mientras le tendía una botella de agua, ___ la miró unos instantes antes de agarrarla.

La preocupación carcomía por dentro a la rubia. Su pequeño ángel no estaba en condiciones para seguir a pie este viaje, pero si no quería levantar sospechas tenían que hacerlo. La chica se sacó el chándal y se lo amarró a la cintura, el sol estaba atacando lo más que podía a través de los gruesos follajes.
La joven miraba el suelo, mientras jugaba con las piedras bajos sus pies, su respiración se iba controlando de a poco.

Los profundos ojos de Vermouth se posaron en las mariposas que revoloteaban alrededor de la flora del paraje, era un escenario muy bonito que ella quería compartir con la chica. La repulsión y el miedo estaban combinados en el rostro de ___, la adulta vio como ella avanzaba por el sendero inclinado en silencio, y como los nudillos se le tornaban blancos bajo en agarre que sostenía sobre la botella. La perdió de vista.

___ se encontraba recostada sobre el tronco de un viejo árbol, a una distancia prudente de la mujer, para no perderse. Su pecho subía y bajaba frenético, no solo por el temor a los insectos, ni tampoco por el hecho de que su cuerpo pedía a gritos una ducha y buen descanso, llevaban caminando desde ayer en la tarde. Estaba abrumada.

De un momento a otro su corazón la traiciono, estaba sola en todo esto, ninguno de sus conocidos sabía donde se encontraba, ni los planes de último momento que ella había formado. Quería ayudar a Kaito y Shinichi, de las peligrosas vidas que estaban teniendo.

Tomo una decisión muy arriesgada.

Sola.

Respiró con dificultad, solo había estado alejada un par de horas, pero sentía el vacío de su pecho.

Tortuoso.

Tenía que abstenerse a las consecuencias. Sus manos temblorosas fueron a parar en el bolsillo de su pantalón, su carta seguía ahí.

Algo que nunca cambiaria en ___, era lo impulsiva que podía llegar a ser. Y eso había hecho ahora, ser impulsiva, todo por el bien de sus seres queridos. Respiró nuevamente, y sobó con cuidado su pecho. Se topó con el guardapelos colgado de su cuello, otro acto impulsivo de su parte, quería tener al detective cerca.

Su corazón volvió a latir con fuerzas, con culpabilidad.

— ¡Aquí estas! —exhala la rubia, cansada, la había estado buscando.


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— No me podre esto —dijo ruboriza la detective de secundaria, tomando la prenda de ropa que la mujer le había tendido de su mochila.

— Solo es para entrar a la gasolinera, así no nos reconocerán —habló con sencillez mientras, buscaba más cosas del bolso que traía, lo escondería pronto en la copa de los árboles, hasta su regreso.

— ¿Qué tiene mi ropa de ahora? —reclamó ligeramente, pues las ropas ajustadas de Chris, no eran su estilo—. ¿Qué necesitamos de la gasolinera?

— Un mapa, no soy experta en este tipo de zonas —la adolescente levanto una de sus cejas.

— ¿Y si solo vas tú? —rio secamente, viendo el conjunto que le había pasado. Quería estar sola.

— ¿No confías en mí, Angel? —los ojos grises de la chica la examinaron—, vamos te comprare un helado.

— No tengo cinco años —dijo colocándose la ropa resignada—, y aun no sé porque me ayudas.

La mujer solo levantó sus hombros restándole importancia, con una leve sonrisa traviesa, mientras se dignaba a cambiarse de prendas.

___ tenía un paquete de frituras abierto a un lado de ella, habían improvisado un lugar para dormir, pues la noche estaba fresca. Se comió lentamente unas frituras mientras volvía a observar el mapa, que habían comprado. Si quería llegar a su destino tendrían que conseguirse un automóvil, así tal vez se demorarían menos.

Para poder encontrarse con la mujer la detective tomó un bus de recorrido económico, siendo precavida de no dejar rastros de su escape, así como desactivo las cámaras de seguridad de su casa con facilidad. ___ había sido precavida en todo, no tenía dispositivos electrónicos a su alcance, y había usado dinero en efectivo, que anteriormente lo tenia ahorrado.

— Si fuera más fácil cruzar esta parte del bosque —dijo apuntándola con la uña, pues sus dedos estaban sucios—, llegaríamos en un par de horas, o simplemente busquemos algún tipo de transporte.

— Eso suena fácil —hablo Vermouth, tomándose el cabello en una coleta. Se sentó a la par de la chica, esta le tendido la bolsa de frituras con una media sonrisa, la mujer saco una con cuidado—, pero, esta zona de aquí esta bloqueada por un caso de hace casi nueve meses atrás.

La chica la miró atentamente, para volver su vista al gran papel, lo dobló con cuidado de no romperlo ni arrugarlo, para poder acercar su vista al lugar indicado. Había una extensa carretera y puntos de descanso, ¿qué acontecimiento debería de ocurrir para cerrar un lugar tan transcurrido como lo era esa ruta?

La chica suspiró resignada: —Entonces si lo atravesamos a pie, podríamos pasar por la mitad del bosque.

— Eso sí, nos demoraríamos dos días —aclaró, para volver a sacar una fritura de la bolsa. La chica miró fijamente el mapa.

— ¿Crees que encontremos lo que buscamos? —el corazón de ___ latió con fuerza al no oír la respuesta.

— Esperemos que sí —le sonrió levemente.

— ¿Qué hay ahí exactamente? —preguntó luego de estar unos minutos en silencio, la mirada sorprendida de la rubia llegó rápidamente.

— No te acuerdas... —susurró. La joven negó.

— ¿Debería de acordarme de algo? —inquirió confundida.

— A donde nos dirigimos se le conocía como la Mansión del Crepúsculo —nuevamente el corazón de la chica latió con fuerza. Debería de ir al médico, pensó.



































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La verdad yo me sorprendí, tenía pensado otra cosa para el capítulo anterior (el veinticinco: devastación), literalmente todo salió de la NADA.

De todas formas, esto no cambia el final (jajajajaja)

¡Bueno, eso amores! Nos vemos pronto, se despide

KAI-KUN 💮 【怪】

Amor a unos centímetros de distanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora