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Taehyung se adelantó galopando. Sus manos se encontraban firmes en las riendas y una sonrisa en su expresión llena de orgullo por su buena postura. No iba a caer, lo tenía controlado. Estaban en un espacio un poco más despejado, claro, lo más despejado que se podía esperar en una manada como el Bosque, por lo que no podía alejarse mucho sin perderse de vista. Tiró de las riendas haciendo frenar un poco al animal antes de dar la vuelta y galopar de regreso para acercarse a su compañía que se había quedado atrás.

—¿Qué tal lo hice? —preguntó con ilusión, deteniéndose de nuevo frente al corcel del mayor.

—Bastante bien, veo que ya no tienes problemas en dar órdenes con las riendas —halagó Jungkook sonriendo de regreso desde su propia montura. Avanzaba más lento que el rubio debido a que la única condición que había recibido a cambio de una montura era la de avanzar despacio y sin agitaciones. Ahora el que estaba vetado de galopar era él —aunque deberías poner más de tu peso en los estribos, saltarás menos si lo haces.

—Si lo hago siento que voy a caer —dijo Taehyung girando para ponerse paralelamente a Jungkook retomando el paso lento junto al alfa.

—No caerás, tienes buen equilibrio, deja que tu peso haga el resto.

—Me lo pensaré —contestó con cierto orgullo arrebatándole una risa sonora al pelinegro.

—¿Estás dudando de mis enseñanzas a estas alturas? —Jungkook se inclinó sobre un lado de la montura para acercarse más al omega. Avanzaban tan cerca el uno del otro que sus piernas chocaban con cada balanceo, por lo que al alfa no le fue muy difícil acercarse —creí que confiabas plenamente en mí.

Taehyung sonrió sin retroceder ni un poco ante el acercamiento del contrario, en su lugar se inclinó un poco más hasta que ambos rostros estuvieron a punto de tocarse.

—No seas tonto —dijo en voz un poco más baja, como si se tratara de un secreto —te podría confiar la vida, pero la estabilidad sobre el caballo es asunto mío.

El rubio sonrió satisfecho al notar como la atención del alfa iba hacia sus labios mientras hablaba. Había algo altamente satisfactorio en conseguir aquella mirada sin hacer nada más que pronunciar algunas palabras. Saber que Jungkook no perdía ni los más ínfimos detalles al igual que él no podía perderse los del alfa, le hacía sentir que estaban en la misma sintonía.

—Comandante Jeon —se escuchó el grito desde un lugar detrás de ellos. No podían ver al remitente pues los árboles cubrían la mayor parte del camino que había detrás de ellos, el alfa tardó algunos segundos extras en aparecer.

Jungkook y Taehyung se enderezaron de nuevo, seguían con el plan de mostrar un poco menos de cercanía a los ojos externos.

Habían pasado ya algunos días desde que su recorrido hacia la zona central empezó. La caravana era lenta, Jungkook casi sintió un déjà vu al ver todos los preparativos que Minjoon había dispuesto para su traslado, especialmente para Taehyung. Habría jurado que fue Seokjin quien hizo la lista de todas las carretas, calandrias, caballos y comida que debían llevar. A pesar de que habían dejado a muchos soldados del Bosque en la frontera todavía les seguían alrededor de dos docenas, varios betas se hacían cargo de las cosas menores e incluso estaba la pequeña paje de Taehyung entre ellos.

A Jungkook le seguía pareciendo un poco exagerado. Taehyung era un noble, pero ya habían viajado suficiente tiempo por su cuenta como para saber que no necesitaba de todos esos lujos para trasladarse cómodamente.

—Comandante Jeon —dijo de nuevo el alfa del Bosque una vez se acercó a ambos —el general Park me envió para buscarle, temía que se alejaran demasiado.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora