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Ya se encontraban en una de las puertas laterales de la Gran Casa cuando Seokjin llamó en voz alta para que se detuvieran.

—Será más rápido si vamos a caballo —dijo ganándose un asentimiento por parte del trío frente a él —escuché que sabe cabalgar, joven Kim, ¿no hay problema con ello? —cuestionó entonces.

—No, no tengo problema —contestó de inmediato.

—Bien. Esperen aquí, vendré enseguida.

El beta comenzó su camino por la nieve a donde, por lo que Hoseok había dicho, se encontraban los establos. Taehyung lo siguió con la mirada por algunos segundos hasta que sintió dos pequeños toques en su hombro, señal de que alguien más exigía su atención. Se giró de inmediato a donde Hoseok y este le señalo el suelo con la barbilla, al bajar la mirada se dio cuenta de que un par de zapatos estaban frente a sus pies.

Los zapatos de los pajes eran zapatos cómodos para el trabajo, diseñados para los betas y omegas que se encontraban en servicio de la Gran Casa. Perfectos para una pequeña aventura a caballo.

—Gracias —dijo con sinceridad mientras se agachaba para cambiarlos. No se había dado cuenta de que Hoseok había estado cargando con ellos.

—Bien, ahora —dijo el contrabandista mirando a su alrededor, asegurándose de que nadie se encontrara cerca antes de decir en voz especialmente baja —¿qué mierda se supone que estamos haciendo? —cuestionó con un toque de molestia cerca del oído del otro beta.

—Buscar información —contestó el otro con simpleza.

Taehyung había terminado de cambiar uno de sus zapatos. Les dirigió una mirada curiosa, pero siguió con su tarea en silencio.

—¿Qué información? Porque no creo que estés hablando de la que el líder Kim nos acaba de solicitar.

—Por supuesto que no hablo de esa —negó de inmediato el beta —nosotros ya teníamos un plan, ¿lo olvidas? Necesitamos saber cómo salir de aquí si las cosas empeoran. Kook viene de camino, puede o no que él conozca los pasajes de la Gran Casa, pero ambos sabemos que no hay mejores rutas para pasar desapercibidos que la de los contrabandistas, justo ahora nuestro querido amigo el secretario nos va a llevar con alguno de ellos.

Taehyung se puso de pie, los zapatos pequeños e incómodos olvidados en la nieve. Tomó una capa ligera que Hoseok le ofrecía y se la acomodo asegurándose de que la capucha cubriera su cabello y parte de su rostro.

—No entiendo —el omega interrumpió la charla de los betas —¿no buscaremos la información que pidieron?

—No necesitamos buscarla, lindo —contestó Sungjae —sé perfectamente quienes son los que están en la frontera.

Taehyung se quedó en blanco por un segundo antes de mirar a Hoseok. A juzgar por la calma con la que había escuchado la última oración de Jae se daba cuenta de que el contrabandista también lo sabía. Todo el tiempo lo habían sabido.

—¿Quiénes? —preguntó entonces el omega sintiéndose un poco fuera de tono al hacerlo.

—Los informes eran específicos en ciertos puntos, sobre todo cuando se trataba de un lobo especialmente grande de color gris con pelaje blanco en el pecho. Al parecer está causando muchos problemas en la frontera. —dijo Sungjae especialmente molesto y por un momento Taehyung juro que lo habría escuchado gruñir casi como un alfa.

Aquello lo impresionó tanto que le tomó un segundo extra darse cuenta de lo que Sungjae estaba diciendo. Darse cuenta de la verdad que los betas habían escondido del líder y el secretario. Apenas estaba por abrir la boca para decir algo al respecto cuando Hoseok lo calló con un chasquido disimulado. Por instinto el omega guardó silencio y entonces escuchó el sonido pesado del caminar de los caballos, por el aroma podía saber que al menos ocho betas se estaban acercando.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora