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Jungkook estaba aturdido mientras el banquete continuaba. El salón se animó aún más con la reciente llegada de la compañía del Norte que había seguido al líder hasta ahí. Pero el pelinegro sentía que toda su energía había sido drenada después de su reencuentro con Namjoon. Luego de la presentación que había tenido con Taehyung.

No habían pronunciado nada sobre el inminente compromiso que ambos tenían sobre sus hombros, pero en ese punto ni siquiera era necesario decirlo.

Todos habían tenido que reasignar sus lugares cuando la cena se reanudó. El líder del bosque se había posicionado un poco más a la izquierda, con el comandante y el jefe estructuralista a cada uno de sus lados. A una distancia prudente se encontraba Namjoon, tomando su lugar de honor como invitado principal a una altura parecida a la de Lee. A su derecha se encontraba Jungkook tan distante que no había vuelto a probar bocado en la noche y a la izquierda del líder se encontraba Taehyung, tomando el lugar que pertenecía al omega del líder.

Jungkook intentaba no pensar demasiado en ello, concentrarse en la plática que de vez en cuando requería de su respuesta, sin embargo le estaba siendo una tarea difícil. Más aún con la constante mirada recriminatoria de Jimin. Lo cierto es que no podía ignorar todas aquellas ocasiones en las que Namjoon se inclinaba un poco más a su izquierda para preguntar algo al rubio. Todas eran preguntas terriblemente superficiales, si quería un poco más de comida, de vino, si estaba cansado o si no tenía apetito. Jungkook había estado al pendiente de todas y cada una de las palabras que su mayor le dirigía a Taehyung.

Y eso solo le hacía sentir terriblemente absurdo. Después de todo ¿qué es lo que haría si escuchaba algo que no le gustaba? No es cómo si pudiera irrumpir el banquete para sacar a Taehyung de ahí. Peor aún, ni siquiera podía mirar por mucho tiempo al rubio sin recibir una patada de Jimin por debajo de la mesa para regresarlo a la realidad.

—Espero que el día de mañana nos conceda una audiencia para hablar sobre temas que conciernen a ambas manadas —dijo el líder Lee mirando en dirección a Namjoon.

—Me alegra que lo mencione, ya que es una de las razones por las que estoy aquí.

—Creí que había venido a rescatar a su omega y su comandante —bromeó el líder mayor con cierta confianza recibiendo una sonrisa tranquila por parte de Namjoon, sin sospechar de cómo es que Jungkook apretaba los puños por debajo de la mesa.

—Más que rescatarlos, vine a darles la bienvenida de regreso —contestó el líder del Norte con calma —ha sido un viaje bastante largo para ellos.

—Ya lo creo, aunque no hemos podido sacarle ni una sola anécdota a su comandante en toda la noche.

—Naturalmente, hablará primero de ello con los miembros de su manada —aquellas palabras a pesar de haber sido pronunciadas con suavidad habían marcado una línea bastante clara entre ambos líderes. El alfa más viejo sonrió, aunque su expresión no tenía rastro de diversión, ni su sonrisa estaba tan bien practicada como la de Bang. Simplemente no tenía otro gesto con el cual contestar —si nos disculpan, acabamos de llegar de varios días de camino y mañana tenemos asuntos que resolver, por lo que nos retiramos a descansar —dijo al tiempo en que se ponía de pie.

Jungkook fue capaz de percibir la señal. Namjoon no estaba hablando solo de él, lo que significaba que les estaba dando la vía de escape para salir de ahí también. El pelinegro se puso de pie siguiendo los movimientos de Namjoon y sus ojos recayeron una vez más en Taehyung justo en el momento en que el omega aceptaba la mano del líder para ponerse de pie.

—Por supuesto, sus habitaciones están listas —contestó el anfitrión poniéndose de pie simplemente por respeto —esperó que pasen una buena noche, discutiremos nuestros asuntos durante el almuerzo.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora