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Jungkook tuvo el presentimiento de que esa noche sería un caos en cuanto vio la sala principal del campamento abarrotada de gente.

Namjoon se encontraba en su puesto de honor frente al mapa, a su lado estaba el jefe Jung con mirada ausente y, al otro costado del líder, el asiento reservado para el comandante lo esperaba. Más lejos, aunque también frente a la mesa, se encontraban los alfas del Valle. Kim Dakho se notaba afectado por el tiempo en los calabozos, tenían grandes ojeras y su cuerpo se veía más delgado, pero su rostro se mantenía tan apacible como el día que lo conoció en su propio territorio. El comandante Kang se veía un poco mejor pero la preocupación era evidente en su rostro mientras estudiaba el mapa frente a él. Junto a ellos se encontraba Bang Minjoon quien había demostrado su lealtad al Norte haciéndose cargo de los problemáticos cabecillas del Valle.

Para sorpresa de muchos, otra persona que se encontraba cerca de la mesa era Yook Sunjong, ella parecía terriblemente aburrida mientras jugaba con una de las piezas de madera que no se estaba utilizando sobre el mapa en ese momento. Detrás de ella se encontraban otros tres alfas de la Zona Baja, Jungkook pudo reconocer a uno de ellos quien había estado junto a la alfa desde el día que la conoció, algo bajito y regordete con una cicatriz en el rostro. Debía ser un buen peleador si es que había sobrevivido tanto tiempo junto a Jong.

Más apartados de la mesa se encontraban decenas de alfas más, la mayoría de ellos eran generales, pero también había algunos alfas que formaban parte del consejo. Jungkook vio que el consejo del Norte se encontraba casi por completo ahí adentro a excepción de dos que no había visto desde que llegó al campamento.

—Esto va a ser divertido —escuchó que hablaron a su lado y se percató de que se trataba de Sungjae quien recién iba entrando a la sala.

A Jungkook no le sorprendió, estaba claro que el beta no se perdería esa reunión por nada del mundo. Sin embargo, lo que llamó su atención fue que Hanseok se encontrara con él, ciertamente el beta de la resistencia parecía mucho más nervioso que Jae.

—No causes muchos problemas —le advirtió Jungkook a su amigo mientras ambos se acercaban a la mesa, solo entonces fue consciente de las miradas que el resto les estaban enviando. Al menos podía comprender un poco el nerviosismo de Hanseok.

—Eso depende del resto.

Sungjae se detuvo a un lado de su hermana quien se limitó a enviarle una mirada que el alfa no supo descifrar, pero a juzgar por la sonrisa del beta él la entendió al instante. Jungkook siguió sus pasos hasta su asiento, Namjoon apenas le dedicó un asentimiento de cabeza y siguió escaneando la sala con cuidado. Las pocas conversaciones que se estaban dando se escuchan apenas como débiles murmullos.

Jungkook se sentó y deseó que empezaran ya, pero Namjoon no dijo nada hasta que unos minutos más tarde apareció Seokjin y le entregó una carta, el líder la leyó con rapidez y justo después de terminarla se puso de pie. La sala quedó en total silencio.

—Bienvenidos a todos y gracias por acudir a esta reunión. —Saludó con un tono lo suficientemente alto como para que todos los escucharan sin problema—. Todos ustedes ahora deberían estar al tanto de cuál será nuestra estrategia de ataque, el invierno se está terminando al igual que nuestras reservas de comida y ya no tenemos tiempo para seguir esperando. Es nuestro turno de avanzar.

Muchos de los alfas en la sala sintieron con aprobación. Era evidente que una de sus ventajas se estaba desvaneciendo con la elevación de la temperatura y que no podían seguir gastando raciones de comida en días de espera.

El plan de ataque se había estado divulgando entre los generales durante los últimos días, el mismo Jungkook lo había ideado antes de verse envuelto en los problemas que lo llevaron a un calabozo. La idea era rodear el campamento del Río lo cual sería más sencillo ahora que tenían ventaja numérica, atacarían primero en puntos claves que habían descubierto por algunos informantes y bloquearían el camino a la ciudad amurallada para evitar un asedio. La selección de los generales que se encargarían de cumplir con estas tareas era vital.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora