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La ventana daba a una habitación aparentemente vacía, a Taehyung le costó algunos minutos percatarse que en la penumbra de la habitación se encontraban una gran cantidad de mantas. Era una habitación, completamente solitaria a excepción de aquellas mantas que debían ser utilizadas como colchones. Seis camas improvisadas en ese pequeño espacio.

Se movieron a uno de los rincones oscuros y se agasaparon en ese lugar, esperando. Yoongi se mantenía junto al omega sin excepción, mientras que Hoseok miraba por la ventana para monitorear el estado del sol. Ya habían pasado algunos minutos en los que habían permanecido en completo silencio a pesar del aspecto desolado de la ciudad.

A Taehyung no le gustó en absoluto aquella espera, pero tampoco dijo nada al respecto. En su lugar, se limitó a mover de forma nerviosa sus manos.

—Tranquilo, el plan está saliendo bien —escuchó a su lado y giró para encontrarse con la expresión estoica del general Min—, si nadie nos siguió hasta aquí significa que los del culto cayeron en el señuelo.

—No estamos seguros de eso, no tenemos forma de recibir ninguna noticia —contestó con toda la calma que logró reunir.

—Tae, los del culto nunca desaprovecharían esta oportunidad para ir detrás de ti —esta vez fue el beta quien intervino desde su posición junto a la ventana—. Está claro que Seokjin sabe manejar la información si es que logró que los del culto se lo tragaran, probablemente hay más de un señuelo tuyo por ahí afuera ahora mismo.

—Seokjin nunca deja detalles al azar —confirmó el alfa.

—Tampoco creo que ellos esperen que vengas a su propia ciudad cuando todo lo que quieren es matarte, incluso yo creo que es completamente estúpido.

Taehyung bufó por las palabras del beta, pero no encontró en su tono el reproche que hubiera utilizado poco después de conocerse. En sus palabras había algo más parecido a la preocupación.

—También creo que es demasiado arriesgado —añadió el general—, no puedes utilizar tu voz de mando por mucho tiempo. ¿Estás seguro de que puedes contrarrestar la del culto cuando ellos pueden controlar un ejército completo a la vez?

El omega tragó saliva.

—Solo hay una forma de descubrirlo.

Su mirada sostuvo la del alfa hasta que este último la apartó con un suspiro.

—A Jungkook no le gusta nada de esto, ¿lo sabes, cierto?

—Lo sé —contestó de inmediato, bajando la mirada—, pero él solo dejará de pelear cuando hayamos ganado la guerra, si tengo la más mínima oportunidad de terminar con esto, entonces la tomaré.

—Pelear es su responsabilidad como comandante.

—Eso también lo sé —volvió a levantar la mirada a la del general—. Es solo algo que no puedo evitar, lo amo, yo también quiero que él esté a salvo. Jungkook ha arriesgado mucho para llegar al final que nos prometimos, así que tengo que esforzarme de igual forma.

—¿El final que se prometieron? —cuestionó el alfa algo distraído.

Taehyung se sorprendió por la pregunta tan directa, pero pronto su expresión se relajó y su mente comenzó a ir a toda velocidad. Tal vez no debería estar diciendo todo aquello justo frente al general Min, pero había algo dentro de él que lo impulsaba a seguir adelante.

—Todo esto es para poder estar juntos, si no, ¿qué sentido tendría?

Pudo notar un destello de contradicción en la expresión del alfa. Estaba claro que había recibido las palabras del omega tal y como este quería, pues ambos sabían que no estaba hablando solo de él.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora