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Jungkook se movía en completo sigilo mientras recorría las brechas más pequeñas de la ciudad central. Llevaba puesto un abrigo frondoso, no lo necesitaba para el frío, pero le ayudaba a pasar desapercibido, además de ocultar la ropa de alfatext que llevaba abajo.

Se detuvo una vez que llegó al final de la angosta brecha, eran dos casa pequeñas la que lo rodeaban y le mantenían entre las sombras de las muchas antorchas que comenzaban a prenderse llegada la noche. Frente a él, un camino más amplio se encontraba cubierto de nieve, apenas con escasas huellas pintadas y un único rastro de llanta de carreta, la cual podía ver un poco más adelante detenida enfrente de otra construcción pequeña.

El alfa observó por un momento, se podían ver débiles destellos de luz a través de las ventanas cerradas con maderos, la puerta se encontraba igualmente cerrada, pero Jungkook era capaz de escuchar murmullos en el interior. Si se trataban de alfas, debían estar utilizando supresores, pues el pelinegro no era capaz de reconocer ningún aroma. El resto del camino se encontraba desierto.

El sol ya había caído y el frío de la noche había obligado a los habitantes de la ciudad central a refugiarse en sus respectivas casas y eran algunos alfas quienes se encargaban de encender algunas antorchas en el camino para tener visibilidad en sus rondines. En esa área era escasa la luz, siendo uno de los lugares más escondidos de la ciudad apenas contaba con un par de antorchas y prácticamente ningún transeúnte, razón por la que Seokjin había tardado tanto en encontrarlo.

A pesar de la aparente soledad, solo bastó con que Jungkook hiciera un movimiento de cabeza para que otros tres alfas salieran de las sombras en diferentes puntos del camino y se acercaran a la choza con la carreta enfrente. El comandante hizo lo mismo, dando pasos tan silenciosos como rápidos hasta llegar a sus paredes. Dos de los alfas que venían con él avanzaron por un costado en donde otra pequeña brecha se abría y el tercero se mantuvo junto a Jungkook en la puerta. Por un momento eso fue todo, parecían casi contener la respiración mientras Jungkook intentaba escuchar con más claridad el interior en donde, para su suerte, un conflicto los hacía elevar la voz.

Jungkook apenas podía entender sus palabras, escuchandolos preocupados mientras planeaban abandonar el lugar en la carreta. Solo hizo falta que uno de ellos gruñera para que el comandante pudiera confirmar que se trataban de alfas. Jungkook sabía que aquello no debía estar ocurriendo, pues solo debía haber alfas en la Gran Casa y en los rondines, el resto debía encontrarse en la frontera en esos momentos; por lo que, sin más dilatación, el comandante procedió a actuar.

Sin darle ninguna advertencia a su compañero, Jungkook se movió para darle una patada a la puerta, la cual cedió después de un estruendoso crujir de la madera. Se adentró con rapidez, pero uno de los alfas del interior ya se encontraba alerta y había decidido realizar el primer ataque. Jungkook esquivó el golpe, moviéndose de la trayectoria y olvidando por completo a su adversario mientras miraba con prisa todo el lugar. Su compañero, que venía solo un paso por detrás, se encargó de capturar a su atacante mientras Jungkook pasaba al siguiente. Este otro alfa no lo había atacado, pero aun así Jungkook lo sometió tan rápido como pudo contra el suelo mientras que un tercero se rendía ante la presencia de los otros dos compañeros de Jungkook, quienes habían ingresado trás escuchar la puerta hecha pedazos.

El comandante volvió a escanear el lugar mientras posiciona una rodilla en la espalda del alfa debajo suyo. Era solo una habitación, apenas si tenía una chimenea y ningún mueble, pero más importante, no había nadie más ahí. Un gruñido sonoro salió del pecho de Jungkook y se agachó un poco para hablar con el alfa sometido.

―¿Dónde está el jefe Jung? ―cuestionó con voz autoritaria.

El alfa, que era notablemente mayor que el pelinegro, dejó de resistirse en cuanto fue consciente de quién era su capturador.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora