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No estaba seguro cuánto tiempo había transcurrido. Estaba jadeando, intentando encontrar un poco más aire, aunque sabía que el oxígeno escaseaba en los calabozos. Sus manos estaban magulladas y sangrantes de tanto golpear la puerta, pero ya no le quedaban energías. Se maldijo a sí mismo al recordar que él mismo había sido quien aseguró los calabozos en el pasado, había inspeccionado cualquier falla, cualquier ruta de escape, y la había cubierto con sólido cautiverio. Él, más que nadie, debía saber que no había forma de salir.

Se sentó en el suelo frío de piedra para darse un descanso, pegó la cabeza a la pared y cerró los ojos. No hizo ninguna diferencia, la celda estaba completamente a oscuras. ¿Cuánto tiempo había pasado? Tal vez un día, puede que más, incluso puede que solo lleve un par de horas y ya comenzaba a volverse loco. No había forma de saber qué es lo que estaba pasando arriba en donde había dejado solo a Taehyung.

Las imágenes regresaron a su mente, la forma en como el resto de alfas se abalanzaron contra él después de escuchar las palabras de Namjoon. Intentó forcejear, pero no logró anda muy productivo, después de todo no quería hacerle daño a sus propios soldados cuando estaban a punto de ir a la guerra, no podía pelear. Hizo falta cuatro de ellos para someterlo, muchos más los rodeaban mientras iban de camino a los calabozos. A lo lejos creyó escuchar la voz de Taehyung llamando su nombre, pero no fue capaz de verlo, de todas formas, no le habría gustado ver la expresión del omega al verlo de esa forma.

Suspiró intentando mantenerse consciente a pesar de que su cuerpo exigía descanso, realmente debía haber pasado más de un día si es que tenía tanto sueño, o tal vez solo era la oscuridad. No estaba seguro. Se puso de pie y volvió a tocar con firmeza la pared hasta encontrar los bordes de la puerta, exhaló, preparándose para seguir con aquella tarea imposible y después comenzó a golpear con el hombro.

Después de unos cuantos golpes su costado comenzó a doler, pero no se detuvo, no podía quedarse sin hacer nada cuando sabía que Taehyung lo necesitaba. Siguió de esa forma por algunos minutos hasta quedarse sin aliento, volvió al suelo de piedra llevándose las manos hasta su cabello, intentando encontrar alguna forma ingeniosa de salir de ahí. No se le ocurrió nada. En su lugar las imágenes del omega se hicieron presentes inquietando a su lobo. Sin embargo, aquello sólo duró algunos segundos hasta que escuchó un eco en medio de todo el silencio, el sonido se acercaba haciéndose más fuerte cada vez. Eran pasos.

Se puso de pie y pegó su rostro a la puerta para escuchar con más claridad. Debían ser al menos tres alfas, cada vez un poco más cerca hasta el punto en que por debajo de la puerta se notó un pequeño destello. Jungkook dio un paso atrás cuando los sonidos cesaron, justo enfrente de su puerta. Un segundo después se escuchó un pesado movimiento de metal y la puerta se desbloqueó. Jungkook estaba pensando que abalanzarse contra los alfas podría ser buena idea, pero todo aquello se perdió en la nada cuando la luz de la antorcha que uno de los alfas cargaba lo cegó. Retrocedió un par de pasos, aun así, los alfas fueron rápidos en adentrarse al cuarto y tomarlo por los brazos, el comandante sintió un dolor agudo en el hombro maltratado pero no dijo nada. Lo empujaron fuera de la celda mientras daba tropezones, su vista todavía no se ajustaba y el suelo irregular no ayudaba mucho, pero los alfas que lo sostenían de los brazos lo mantenían firme de pie.

Poco a poco fue recuperando la vista a medida que sabían los escalones. La zona en la que estaba era los calabozos más profundos, pura roca que era imposible de atravesar, pero los niveles superiores no son tan duros. Subieron dos pisos, lo que quiere decir que llegaron al primer nivel de los calabozos donde eran barrotes de hierro y no piedra lo que lo rodeaba, al menos aquí había luz. No opuso resistencia cuando los alfas lo arrojaron a una de esas jaulas, lo primero que logró vislumbrar en el lugar era un plato de comida y de inmediato se arrojó hacia él, no sabía que tenía tanta hambre hasta ese momento, definitivamente había pasado un tiempo considerable allá abajo.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora