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Jungkook dio un paso atrás hasta que su espalda golpeó los barrotes de otra de las celdas. Zino había entrado en el lugar sin aparente problema a pesar de que en el exterior debía haber al menos un par de guardias del Norte custodiando. El alfa recién llegado todavía tenía su atención en la celda en la que el resto estaban enfocados en reanimar a Jimin, pero después de repasar rápidamente con la mirada a quienes estaban al interior de la celda volvió a poner su atención en quienes estaban fuera.

―¿Tienes al omega ahí? ―preguntó apuntándole con un movimiento de cabeza.

Sungjae estaba todavía al frente, cubriendo inútilmente el rostro de Taehyung mientras seguía con cuidado cada uno de los movimientos de Zino.

―No, salió a tomar algo de aire, tal vez deberías buscar afuera ―dijo el beta y mostró su sonrisa socarrona, el alfa le sonrió de vuelta.

―¿Te conozco de algún lugar? Creo recordar esa jodida sonrisa molesta. ―Se acercó a ellos y el beta retrocedió empujando a Jungkook en el proceso.

El alfa comprendió lo que Sungjae estaba tratando de hacer cuando le hizo una seña disimulada tras su espalda para que avanzara por un lado en dirección a la salida. Así que tomó con más fuerza el cuerpo de Taehyung e intentó hacer que éste escondiera su rostro en su pecho. El aroma a canela era tan débil que el de Jungkook se sobreponía sin ningún tipo de problema.

―Sí, nos conocimos hace un par de años ―continuó el beta con aparente calma―. Visitaste el Risco.

―Oh, así que eres de la Zona Baja. ―Zino parecía divertido de la situación mientras seguía avanzando con pasos lentos, sin embargo sus pasos se dirigían hasta la celda en donde estaba Jimin. El camino a la puerta estaba libre ahora―. Creo que te recuerdo, tiendo a olvidar rápidamente a los betas, pero tú tienes un aura diferente, ¿sabes?

―Me lo han dicho antes.

―Eres el hermano de Yook Sunjong, ¿cierto? ―Dijo como si una revelación hubiera venido hasta su mente―. Ahora te recuerdo, el pequeño bastardo que no sabe mantenerse fuera de los asuntos ajenos.

―¿Sigues molesto por eso? ―se burló Jae mientras daba otro pequeño paso a la salida―. Yo no tuve que convencer a Jong de nada, ella no quería unirse a su estúpido culto.

Zino se detuvo junto a la puerta de la celda, su rostro estaba tenso y era claro que no apreciaba en absoluto las palabras de Jae. Un aroma extraño comenzó a inundar la habitación tan rápidamente que incluso Jungkook hizo una mueca al percibirlo.

―¿Estúpido culto? ―preguntó el alfa tomando la puerta de la celda para comenzar a cerrarla, el sonido del metal cerrándose hizo eco por un segundo en la habitación.

Fue entonces que Seokjin levantó su mirada de Jimin a la puerta que ahora se encontraba cerrada. No dudó en ponerse de pie con el ceño fruncido.

―¡Hey! ―reclamó el secretario cuando ya comenzaba a acercarse a la puerta.

―¡No! ―gritó Sungjae con tal fuerza que fue capaz de paralizar a Seokjin a la mitad de su camino, a solo un paso de distancia de la puerta―. No te acerques...

―Sí, ella rechazó nuestra invitación para seguir el camino de los Originales ―siguió hablando Zino mientras mantenía su mirada fija en Seokjin.

Fue ese momento en que el secretario comprendió lo que estaba pasando, que estaba frente al enemigo, y retrocedió otro paso con algo de temor.

―¿Sabes por qué lo hizo? ―siguió cuestionando el miembro del culto mientras volvía a girar a donde estaban Jungkook y Sungjae―. Porque tenía que cuidar al imbécil de su hermano.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora