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El protocolo de recibimiento estaba siendo una completa tortura.

Jungkook había apurado el paso en su recorrido desde la frontera hasta la ciudad central con la esperanza de llegar esa misma noche y no a la mañana siguiente. Yoongi parecía lo suficientemente perdido en su preocupación por las noticias que llegaban de la frontera como para encargarse de nada, por lo que Jungkook se había hecho cargo de la mayor parte de los problemas en el traslado. Problemas que venían casi siempre del comandante Kang.

El comandante capturado era quien oponía mayor resistencia a todo lo que estaba sucediendo, siempre seguido por un general que habían decidido llevar junto al resto, para evitar problemas en el centro de comando. Para Jungkook, no había mejor destino para ellos tres que los calabozos debajo de la Gran Casa, aquellos oscuros y húmedos cuartos de piedra podían hacer que cualquiera perdiera la cabeza después de un par de días.

Sin embargo, durante el camino, tuvo que conformarse con castigos más leves para el par de revoltosos alfas del Valle. Si bien podría haber sido un poco más duro con ellos, Jungkook decidió que podía perdonar un par de faltas en una especie de pago silencioso. Él no olvidaba lo que Taehyung le había dicho alguna vez, que había sido el comandante Kang quien se había hecho cargo de él después de la muerte de su papá. Tal vez no cuido del omega con el esmero necesario para que Jungkook le agradeciera, pero al menos podía ignorar un par de faltas leves por haber ayudado a que Taehyung llegara hasta ahí.

No se lo dijo al propio Kang, pero el alfa del valle parecía haberse dado cuenta de que algo más allá de lo que entendía estaba pasando por la cabeza del pelinegro cada que lo perdonaba. En poco tiempo desistió de sus infructíferos esfuerzos por marcar la diferencia en su nueva realidad.

Así, ahora con los alfas del Valle postrados frente al líder del Norte, los tres permanecían inmóviles mientras escuchaban las palabras del alfa de cabellos púrpuras.

Y aunque Jungkook intentó concentrarse en lo que estaba diciendo, probablemente hablando del futuro de sus prisioneros, no fue capaz de registrar más que algunas cortas oraciones, pues su atención se encontraba puesta en la figura a un lado de Namjoon.

Sabía que lo que estaba pasando no sería nada sencillo para Taehyung, pero eso no evitaba que se sintiera preocupado con la visión del omega con la mirada asustada en el suelo. Había sentido tanto alivió de verlo cuando entro en la habitación que por un momento olvido lo que estaba haciendo realmente. Taehyung se veían tan pulcro como cualquier omega de la nobleza debería, con su vestimenta ceñida a su cuerpo, los encajes de plata contornando su figura y un grueso abrigo sobre sus hombros y le hacía ver un poco más pequeño. Su rostro, al inicio, había mostrado el destello de una sonrisa cuando sus ojos se encontraron. El corazón del alfa solo necesitó encontrarse bajo la atención de esos ojos azules para acelerar el ritmo y golpear con intensidad contra las costillas. Una sensación cálida burbujeando por todo su sistema, haciéndolo sentir ansioso en la forma en que su estómago se removía. No había pasado mucho tiempo lejos de él, pero nunca antes se había sentido tan ansioso por volver a ver a alguien.

Pero todo aquello, la idea de un reencuentro mágico, cayó en pedazos en cuanto el omega dirigió su mirada al suelo, haciendo que ambos perdieran el único contacto que tenían. Jungkook se sintió como un idiota al sentir su pecho contraerse ante tan pequeña acción, por sentirse tan desolando ante la idea de haber perdido la atención de Taehyung.

Hizo un gran esfuerzo en alejar cualquier idea estúpida que atravesara su mente. Ese no era realmente el mejor momento para desear la completa y exclusiva atención del omega. Sabía que las cosas eran complicadas para Taehyung, que no podía solo quedársele mirando cuando se encontraba frente a una multitud, que no podía desear que el menor bajara esos escalones y viniera directo a sus brazos. No podía ignorar que había sido él mismo quien llevó a la única persona que Taehyung no quería ver ni en sueños directo hasta sus narices.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora