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Partieron de inmediato.

Todos tuvieron que preparar el equipaje básico, en el campamento de la frontera dónde encontrarían cualquier cosa que les hiciera falta. La organización del viaje estuvo a cargo de Seokjin, pues era el único que conocía los planes que se habían hecho con antelación para ese momento, aunque se tuvieron que hacer varios ajustes debido a que eran más de lo que habían esperado.

Jong y Sungjae salieron antes en dirección a donde el resto de la compañía de Jong se encontraba, entre ellos había una promesa silenciosa de que llegarían hasta la frontera con refuerzos. Sungjae tomó el caballo en el que había llegado hasta ahí y fue detrás del lobo gris no sin antes jurar que regresaría, especialmente al omega que miraba con desconfianza a la alfa y sus todavía ambiguas intenciones.

El resto de ellos se dirigiría directamente a la frontera, pues no podían unirse a la columna principal del líder mientras que Jungkook no fuera absuelto de sus cargos por traición. Seokjin sabía cómo es qué pasaría, Namjoon lo haría frente al resto del ejército en la frontera antes de la batalla, así que deberían encontrarse con él en ese lugar y no antes. Así pues, partieron apenas unas horas después de ver la señal en el cielo.

Seokjin cargó lo necesario para pasar esa noche en la intemperie en el caballo de Hoseok quien viajaba más ligero, mientras que él tomó al último caballo junto con Jimin. El alfa rubio viajaba completamente en silencio detrás de él, seguía encadenado y Jungkook había dicho que lo mejor sería ponerle una mordaza de igual forma. El secretario había intentado ocultar sus nervios de viajar con el alfa, pues no podía olvidar lo peligroso que podía ser Jimin si se lo proponía y ellos solo eran dos betas en el camino.

Habría podido estar más tranquilo si tan solo Jungkook estuviera constantemente cerca de ellos, pero el alfa parecía estar disfrutando de la libertad que se le había negado los últimos meses en su forma animal.

Seokjin era capaz de verlo de vez en cuando, Hoseok y él habían estado a galope desde que salieron de la casa en la aldea. Jungkook y Taehyung se habían quedado atrás ante al falta de caballos, pero parecía que se las habían arreglado bastante bien cuando el beta vio al enorme lobo correr por el bosque a un lado del camino, en su lomo un destello dorado resaltaba sobre el negro pelaje. Debido a que Jungkook era más rápido y ágil que los caballos, desaparecía entre el bosque la mayor parte del tiempo y solo se acercaba a ellos para comprobar que todo se encontrara en orden de vez en cuando. Justo como ese momento.

—¡Seokjin! —gritó Taehyung desde el lomo de Jungkook que había salido al camino por primera vez en todo el viaje—, hay un grupo de betas por este mismo camino un poco más adelante.

El beta frenó lentamente ante la nueva información, si estuvieran en cualquier otra situación Hoseok y él podrían pasar desapercibidos a un lado de un grupo de betas, pero con un alfa encadenado en la grupa de un caballo esa no era opción. Tenían que evitar cualquier encuentro que fueran capaces de evitar.

—Podemos rodear esta parte del camino —avisó Hoseok tirando de las riendas para que su caballo se encaminara fuera del camino—, será más lento, pero no nos verán.

Seokjin asintió y siguió al otro beta con un paso mucho más lento debido a la irregularidad del camino en medio del bosque. Suspiró aliviado cuando no pudo ver más el camino, al menos estaba seguro de que no se perdería, Jungkook conocía esos bosques como la palma de su mano y Hoseok era un experimentado contrabandista acostumbrado a no dejar rastro de su presencia.

—¿No estás muy cansado? —preguntó Taehyung a Hoseok, Jungkook había bajado la velocidad para guiar al pequeño grupo y el omega no podía desaprovechar esa oportunidad—. No has podido descansar desde que saliste de la Gran Casa.

Huellas | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora